Descripción

Flautas de tres agujeros en el País Vasco

Las flautas rectas de embocadura de una mano han estado presentes en diversos pueblos de Europa y América. Se trata de flautas que se tocan con una sola mano, generalmente con la izquierda, por lo que cuentan con un número limitado de agujeros para la digitación: aunque haya algunas de hasta cinco agujeros (como el flabiol catalán), las más habituales son las de tres. Por eso, también son conocidas como flautas de tres agujeros.

La flauta de tres agujeros ha tenido una presencia notoria desde hace tiempo en todas las regiones del País Vasco, con diversos nombres, materiales, modos de interpretación, estilos y funciones. Hay dos especialmente conocidas: el txistu y la xirula. Entre estos dos tipos de flauta, el txistu es el más extendido y el que más variantes tiene. Por su parte, la xirula últimamente aparece muy ligada al folklore suletino, aunque desde la década de 1970 ha vivido cierta expansión, tanto territorial como de uso. Hoy en día, el txistu y la xirula aparecen diferenciados, y así se presentan aquí, pero si retrocedemos en la historia no hay tanta diferencia entre los dos instrumentos. Ambos son, fundamentalmente, flautas de embocadura de tres agujeros, con estructuras, modos de interpretación y funciones similares, pero que se usan en dos ámbitos diferentes de la tradición y que han adquirido carácter propio en muchos aspectos.

La principal diferencia entre los txistus y las xirulas que se utilizan actualmente, por lo menos en cuanto a la estructura se refiere, reside en la longitud de los tubos: los txistus suelen ser instrumentos transpositores de tonalidad fa o fa#, y las xirulas, en cambio, de tonalidad do (de tubos más cortos). Por otro lado, en el siglo XVIII, en torno al txistu académico se creó una flauta más larga llamada silbote, que actualmente es un instrumento transpositor de tonalidad sib o si1. Y ya a finales del siglo XX, el Grupo Experimental de Txistu del Conservatorio de Donostia presentó flautas de tres agujeros de otras tonalidades: la llamada txistu txiki o txilibitu, en la tesitura de sopranos, y la llamada txistu handi o silbote handi, en la tesitura de bajos2. En el año 2014, la asociación Silboberri Elkartea presentó el nuevo txistu baxu en un concierto ofrecido en Durango; se trata de un txistu una octava más grave que el txistu común3.


El tamborilero

Las flautas de embocadura de una mano tienen otra característica: dado que se interpretan con una sola mano, la otra (generalmente la derecha) queda libre para tocar un segundo instrumento. Y así se hace, precisamente, en la mayoría de las tradiciones que emplean este tipo de flautas: lo más habitual es acompañar la flauta con un instrumento de la familia de los tambores (membranófonos golpeados), pero también son conocidos los tambores de cuerda (cordófonos golpeados) y también se han utilizado otros instrumentos, principalmente idiófonos.

En el País Vasco, los txistularis han utilizado principalmente un membranófono, llamado ttunttun o tamboril, y los xirularis un tambor de cuerda o salterio, al que también se le denomina ttunttun. Hay testimonios del uso del tambor de cuerda también en el País Vasco del Sur4, así como de castañuelas y otros instrumentos, y desde que se acompañan con el tambor o el atabal, es habitual que ambas flautas, el txistu y la xirula, se toquen sin el ttunttun. Desde que en el siglo XVIII se extendieran conjuntos polifónicos formados por dos txistus y atabal o dos txistus, silbote y atabal, es más habitual que quienes tocan las segundas y terceras voces no lleven instrumento de acompañamiento.

Los ttunttunes, de un tipo y de otro, son instrumentos diferentes, cuya información encontraremos en otras entradas de esta enciclopedia. Pero al referirnos a flautas de tres agujeros, siendo una característica de sus intérpretes tocar dos instrumentos a la vez, es imposible definirlas adecuadamente sin mencionar este detalle desde el principio.

De hecho, el tamboril y el txistu se han considerado a menudo como un solo instrumento, al igual que el ttunttun y la xirula. Así, el término txistulari que utilizamos para designar a estos músicos es de tradición relativamente reciente. Las palabras danbolin y ttunttun han sido más frecuentes, tanto para designar a los instrumentos de percusión que marcan el ritmo, como para denominar, por metonimia, a los propios músicos o intérpretes que los tocan. Tamboril, ttunttun, tamborilero o ttunttunero son, por tanto, palabras que se emplean, entre otras cosas, para denominar a quien toca la flauta de tres agujeros y el tamboril, y, en ocasiones, incluso a todo el conjunto de músicos5.

Además de esas denominaciones, en función de la región y la época, se han empleado numerosas variantes para designar estas flautas. En los textos de Humboldt de 1801, se dice que a estas flautas se les llamaba txilibituba en euskera y silbo en castellano6. En cambio, en el libro publicado en 1824, Juan Ignacio Iztueta utiliza la palabra danbolin para referirse a los intérpretes de los dos instrumentos, y cuando los quiere diferenciar utiliza la expresión txilibitu para hablar de la flauta y la palabra arratz para mencionar el tamboril7. Txuntxunero, txulubitari y txistu-jole son otras de las denominaciones que han perdurado hasta la actualidad para nombrar a los txistularis, y también xirulari, txirulari, txülülari o xirula jole, denominaciones propias de Zuberoa y del País Vasco del Norte. En el País Vasco del Sur, por lo menos entre los siglos XVII y XX, juglar es, sin duda, la palabra más común en la documentación en castellano para hablar del txistulari o tamborilero. En las listas históricas de los contratos de los músicos para los sanfermines de Pamplona, por ejemplo, hasta el año 1874 se les llama juglares a los intérpretes de flauta y tamboril, y a partir de esa fecha aparece una palabra más popular, txuntxunero, muy extendida en el siglo XX.


EL TXISTU

DENOMINACIONES

Aunque actualmente el nombre más extendido para esta flauta de tres agujeros sea el txistu, al parecer se trata de una denominación bastante reciente. Hasta el siglo XIX no hay testimonios de que fuera conocida con ese nombre. Por lo que parece, aparece en ese siglo en algunos textos en castellano8. En la literatura vasca, la palabra txistu se empieza a utilizar con esa acepción en la década de 18809, y se extiende rápidamente. En 1909, aparece por vez primera en los pliegos de la oposición para la banda de txistularis de Vitoria-Gasteiz, y en Donostia, en cambio, en 1922, en la resolución municipal por la que se nombra a Isidro Ansorena “primer txistulari de nuestra banda de juglares”10. La asociación de txistularis que se crea en 1927 toma ya por nombre oficial el de Asociación de Txistularis del País Vasco, y la revista que empieza a publicar en 1928 también se denomina Txistulari.

Sin embargo, según las referencias que tenemos hasta finales del siglo XIX, parece que lo más habitual fue emplear las formas danbolin, ttunttun y sus derivados, o sus análogas en español. Para nombrar a la flauta simple de tres agujeros aparecen txilibitu y su derivada txulubita, pero esas también pocas veces. Según Sánchez Ekiza11, los cambios que sucedieron en el siglo XVIII influirían en la consideración que tenían aquellos músicos sobre sí mismos y sobre sus instrumentos, lo que los llevó, entre otras cosas, a diferenciar entre las voces silbo 1º y silbo 2º, diferenciación que podía ser consecuencia de haber empezado a tocar en grupo a dos o tres voces y de componer música. Cabe pensar que la nueva acepción de la palabra txistu se tomó por sinónimo del término español silbo, puesto que Iztueta mencionaba que algunos de los tamboriles de entre los siglos XVIII y XIX preferían remarcar su carácter de músicos priorizando la imagen de la flauta por encima de la imagen del tamboril.


EXTENSIÓN

Seguramente, el txistu es el instrumento más extendido de la historia de la música vasca popular. Muestra de ello es una lista presentada por Jesús Ramos, donde aparecen alrededor de mil músicos que acudieron a las fiestas de Pamplona en el siglo XVIII12: la mayoría eran txistularis de diferentes regiones vascas (principalmente de Gipuzkoa y Navarra).

Hoy en día, hay txistularis en casi todos los territorios y regiones del País Vasco (excepto en Zuberoa, donde hay xirularis). No existe un censo actualizado de txistularis, pero teniendo en cuenta que la Asociación de Txistularis del País Vasco o Euskal Herriko Txistulari Elkartea cuenta con unos 1.000 socios y que muchos txistularis no son miembros de dicha asociación, podemos afirmar que en el País Vasco hay miles de txistularis.


ESTRUCTURA Y FORMA DE TOCAR

Todas las variantes de txistu y xirula tienen una estructura similar. Se trata de una flauta recta de tres agujeros que se toca con una sola mano y que tiene los orificios en la parte inferior del tubo, dos delante y uno detrás. En la parte superior del tubo, al soplar en la pequeña boquilla, la corriente de aire se dirige al chaflán, choca contra él y hace vibrar el cuerpo de aire del interior del tubo.

Aunque el tubo del txistu por fuera parece cónico, por dentro tiene un tubo cilíndrico, como el de otras flautas comunes.

Mediante la digitación en los tres agujeros se crean los tonos, basados en la gama de armónicos que proporciona el tubo. Para completar la escala del txistu no suele utilizarse el primer armónico o básico (primer registro), por lo que, empezando desde el segundo armónico, el tercero se crea justo a una quinta de distancia y, en la escala diatónica, para dar las cuatro notas necesarias para completar ese intervalo basta con la digitación de tres agujeros: cubriendo todos se da la primera nota; abriendo uno, la segunda; abriendo dos, la tercera, y abriendo todos, la cuarta. La quinta, en cambio, se crea cubriendo todos los agujeros y cambiando el registro, activando el tercer armónico. Además de esas posiciones completas, los txistularis también obtienen escalas cromáticas, cubriendo o descubriendo la mitad de los agujeros, o cubriendo con el dedo meñique el extremo inferior del tubo en la medida necesaria. De esta manera, el txistu puede completar una escala diatónica y cromática de dos octavas.

Y, además, el txistulari, mientras con una mano interpreta melodías con el txistu, con la otra marca bases y juegos rítmicos en el tamboril que lleva colgando del brazo.

Generalmente, el tubo del txistu es de madera, y según cuenta la documentación escrita, antiguamente también era así. Parece que la madera autóctona más preciada y habitual para fabricar txistus ha sido la de boj, pero la madera no resiste el paso del tiempo y son pocos los txistus históricos que se han conservado; esto dificulta mucho poder saber, entre otras cosas, qué tipo de materiales se han utilizado en su fabricación. En el siglo XIX, se extendió el uso de las maderas de ébano y granadillo traídas desde África y de ahí el color negro que conocemos. Desde finales del siglo XX, también se emplean materiales plásticos, y también se han fabricado txistus metálicos.

El tubo de madera se protege y se adorna con anillos metálicos. La embocadura y la chapa del bisel también son de metal. En los dos extremos lleva anillos de refuerzo más anchos, y cuenta con un aro adosado al refuerzo metálico del extremo inferior, que sirve para introducir el dedo anular y sujetar el instrumento.

Además de txistus de madera, en el País Vasco también se han conocido txistus hechos de hueso. Mariano Barrenetxea recopiló información muy interesante sobre el uso del txistu de hueso en Gorbeialdea:

María Jesús Ingunza, de 90 años, del barrio Baltzola de Dima, nos enseñó un txistu de madera parecido a la xirula y nos dijo que antaño habían tenido uno hecho todo de hueso. También nos dijo que el cestero del barrio de Ziarrusta tocaba un txistu de hueso similar al suyo. […]

Leandro Lejarda, de 80 años, del caserío Lexarda del barrio Uribe, nos decía que Antonio Etxeberria, del caserío Zuloa de Uribe, tenía dos txistus hechos de hueso (más cortos que los actuales) y que a veces tocaba los dos a la vez haciendo la primera voz y la segunda: "Txistu bi batera yoten zituen. Altue eta bajue eiteuen. Azurrezko txistuek ziren, baia gaurkoak baño arean laburtxoagoak. Ez dakit iru zulo edo, baia iru zulokoak ixango ziren, ze gaurkoen antzera yoten zituen" […]

El albokari J. M. Bilbao de Arratia (nacido en 1886) nos decía también que había conocido a un pastor de Ubidia que: “Saien isterreko kañadeagaz einde egoan azurrezko txistu ori, iru zulokoa zan, gaurko txistuen antzekoa; da polito yoteuen". […]

En 1959 J. Cruz Balda, del pueblo navarro de Ezkurra, nos dijo que tenían en casa un txistu de hueso.

(Barrenetxea, 1984, págs. 21-22)


AGRUPACIÓN

A lo largo de la historia, el txistulari generalmente ha tocado en solitario. De hecho, probablemente la mayor ventaja de tocar dos instrumentos a la vez es que un solo músico conforma lo que se ha denominado como orquesta mínima. Pero, a partir de la la iconografía del siglo XIII, los txistularis o danbolines han tenido la tendencia y la capacidad de formar grupos con otros músicos. He aquí algunas de las agrupaciones:

1. De un solo intérprete

1.1. Txistu y tamboril

1.2. Txistu y ttunttun (salterio)

1.3. Txistu y castañuelas

2. De dos o más intérpretes

2.1. Txistu-tamboril y pandero

2.2. Txistu-tamboril y atabal

2.3. Dos txistus y tamboriles (a dos voces)

2.4. Dos txistus y tamboriles, y atabal

2.5. Txistu-tamboril y rabel

2.6. Txistu-tamboril y cornamusa

2.7. Dos txistus y tamboriles (primera y segunda voz), silbote y atabal

Este cuarteto, procedente de finales del siglo XVIII, recibe frecuentemente el nombre de grupo o banda tradicional de txistularis13. Adquirió mucha fuerza a principios del siglo XX, a menudo como grupo oficial, y así continúa. En el País Vasco del Sur, la mayoría de los ayuntamientos grandes y las diputaciones han contado con una banda oficial de estas características a lo largo del siglo XX, y la mayor parte del repertorio de txistularis se ha compuesto y adaptado para este tipo de conjuntos. Los conciertos y pasacalles de los alardes o grupos grandes de txistularis también se basan, en su mayoría, en las funciones armónicas y musicales de la banda tradicional de txistularis.


HISTORIA

Si bien la documentación necesaria para completar la historia de este instrumento es abundante, tiene importantes fluctuaciones en los distintos periodos de la historia. En muchos textos se puede leer que uno de los instrumentos hechos de hueso que se encontró en la cueva de Isturits era un txilibitu o txistu prehistórico, pero con los conocimientos actuales es difícil dar por buena esa hipótesis. En 1921, el investigador francés Emmanuel Passemard descubrió en la cueva de Laminazilo algunos instrumentos paleolíticos, entre ellos, un trozo de un instrumento hecho de hueso y con tres agujeros. Ese instrumento ha sido considerado por muchos como el txistu más antiguo que se conoce (puede tener unos 25.000 años), pero el hueso está roto por encima del tercer agujero y este es el único trozo que se conserva, por lo que no se puede saber si se trataba de un instrumento de tres agujeros o de más, y tampoco si se trataba de una flauta, puesto que le falta la parte de la embocadura. Sin embargo, en las excavaciones que dirigió el matrimonio René y Suzanne Saint-Périer entre 1928 y 1959 aparecieron flautas completas del mismo tipo, por lo que sabemos que las de Isturitz eran flautas de cuatro agujeros.

Hasta el siglo XVI, es muy escasa la documentación sobre las flautas rectas de una mano. La fuente principal de información de los siglos anteriores es la iconografía (imágenes de retablos, estatuas, monumentos y pinturas) y en ella prácticamente no aparece ningún músico de estas características hasta el siglo XIII, ni en el País Vasco, ni en ninguna otra parte14. En Europa, una miniatura del códice Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio de Castilla, de finales del siglo XII, es considerada por los expertos la imagen más antigua de este tipo. En el País Vasco, según el padre H. Olazarán, la más antigua es la pequeña imagen que se ve en la cornisa que hay sobre la fachada principal del Monasterio de la Oliva de Carcastillo15.

Tenemos pocas noticias de los siglos XIV y XV. Hay menciones sobre los juglares que tenían en sus cortes los reyes de Navarra y, aunque no siempre quede claro que se refieren a tamborileros, cuando en los datos del siglo XV aparecen términos como tamborín y juglar de tamborín las dudas se disipan. Así, por ejemplo, en el año 1413, se menciona a “Bernart Dupont, juglar de tamborino” en la corte de Carlos III16 o a Johan Romeo y Johan de la Mota en la corte del Príncipe de Viana17.

Fuera de las cortes también empiezan a aparecer nombres de este tipo: recopilados de los registros medievales de Pamplona, el Padre Donostia hace referencia a “Bernat d’Oyon, Martín de Artajo de Lumbier, y un Samuel, que por su nombre parece israelita”18; y de los documentos de Tudela recogió que en 1480 el día del Corpus Christi tocó en la procesión “Juan de Valero, tamborín” y que al año siguiente hubo dos tamborines.

A partir del siglo XVI, en todo el País Vasco comienzan a aparecer reseñas de estos juglares de flauta y tamboril con uno u otro nombre: en Tafalla desde 1507, en Azpeitia desde 1515, en Markina desde 1519, en Hernani desde 1531, en Balmaseda desde 1549, en Portugalete desde 1552, en Elgoibar desde 1558, en Bilbao desde 1560, en Lekeitio desde 1571, etc.

Todo ello indica que por lo menos desde el siglo XIII el tamborilero y su música tienen arraigo popular. Al parecer, la pareja instrumental, extendida por casi toda Europa durante el Renacimiento, a menudo perdió terreno a partir del siglo XIV. También se mantuvo en otros pueblos (galoubet et tambourin de la Provenza; pipe and tabour de Inglaterra; gaita y tamboril de León-Extremadura; flabiol i tamborí de Cataluña; etc.), pero en el País Vasco tomó otros caminos y, junto con la imagen del músico popular, se creó la del tamborilero instruido de las instituciones oficiales.

A pesar de los altibajos, hasta mediados del siglo XX, el txistulari nos aparece íntimamente ligado a la sociedad que le rodea. Con su música participaba en la vida del pueblo, en actividades relacionadas con el trabajo, las fiestas, los bailes, las celebraciones sociales, etc. El Padre Donostia nos cita muchos ejemplos de ello19:

En los pueblos costeros, el txistulari avisaba a los pescadores con el txistu cuando aparecían ballenas.

En Oiartzun, en 1749, los txistularis animaban en su labor a los obreros que construían el frontón.

En Lekeitio, en el año 1573, padecieron una epidemia de nueve meses, y contrataron a un txistulari para que con su música aliviara el dolor, la tristeza y la preocupación del pueblo.

En las bodas, el txistulari presidía la comitiva en la que los recién casados llevaban el ajuar a la casa donde iban a vivir: “En 1823 un viajero francés asegura haber tropezado alguna vez con un cortejo que se dirigía a una boda, llevando por delante la chirola y el tambor; conducía en triunfo un ternero adornado con cintas y lazos, que era destinado a ser sacrificado para el convite nupcial”.

En Baztan, en el siglo XVIII, un txistulari dirigía a los ciudadanos cuando el alcalde realizaba la revista de armas.

Y son muchos los ejemplos que podemos citar y que nos permiten conocer las funciones sociales que durante siglos han desempeñado los txistularis. Entre todos ellos, sin embargo, desde que se dispone de datos hasta la actualidad, la función principal de estos músicos ha sido tocar música para bailar. Aunque en el repertorio de los txistularis se pueden encontrar otro tipo de melodías, las más abundantes son las de baile: para romerías, para bailes de plaza, para bailes rituales…

Pero no todo ha sido dulce para los txistularis. A lo largo de la historia han sido constantes las prohibiciones y sanciones impuestas a los txistularis por las administraciones judiciales y por la iglesia. Estas prohibiciones y sanciones han estado asociadas generalmente al baile y a la fiesta, y la moral oficial de cada época ha alcanzado de lleno a estos músicos. Volvemos a recurrir al Padre Donostia para mostrar algunos ejemplos:

“Hoy en día, el nivel social del tamborilero es similar al de cualquier otra buena persona, y es respetado por todo el mundo. Sin embargo, no fue así tiempo atrás.

Hay en El Guipuzcoano Instruido (San Sebastián, 1780, fol. 91) una nota que dice: «Cargos honoríficos. Ordenanza, cuya confirmación acuerda pedir la Junta en el Consejo, para que no sea jamás admitido en ninguna de las Repúblicas a la voz activa, ni pasiva en sus elecciones Tamborilero alguno, que actualmente lo sea, ni haya sido antes asalariado, ni tampoco Tambor, Carnicero, ni Pregonero, no sólo de los que a tiempo de elecciones estén en exercicio de semejantes Oficios, sino aun los que huvieren estado en cualquiera tiempo anterior» (del año 1760).

En Balmaseda solían gastarse sumas importantes en pagar al atabalero, por tener que traerlos de fuera, «porque los de la villa, teniéndole por oficio bajo y opuesto a la hidalguía vizcaína, no se prestaban a ello” (Martin de los Heros. Historia de Valmaseda).

El autor del libro Respuesta Satisfactoria dice lo siguiente al referirse al tamborilero: “… de hecho, ¿quién ese tamborilero para imponer respeto o hacer cumplir la ley a alguien? Para empezzar, lo tenemos por el más bajo de la junta…” (“Respuesta satisfactoria del Colegio / de Misioneros de N. P. San Francisco de la / N. Villa de Zarauz / a la Consuyta y Dictámenes impresos…”, por el R. P. f. Francisco Antonio de Palacios. Pamplona, 1791, página 21).

La desconsideración social del tamborilero llegó a extenderse a sus familias. Así, sabemos que una vez se negó la comunión a un hijo de tamborilero. Al tamborilero que no quisiere dejar su oficio y aun romper sus instrumentos de forma que no dejase la menor duda en punto a renunciar a su oficio, había censores, confesores que le negaban la absolución y no le permitían cumplir con Pascua. Algunos de estos confesores exigían que fuesen quemados sus instrumentos. Eso lo sabemos por la consulta realizada en 1820 por el padre Ignacio de Aldecoa, misionero del convento franciscano de Zarautz. Transmitido el problema a Pamplona, don Juan José Fernández anuló aquella resolución, imponiendo la doctrina habitual que daba legitimidad al oficio. (inédito)

Confirma este malver al tamborilero la circunstancia de que los agotes (gente separada del pueblo y despreciada) podían ser tamborileros, aunque les estuviera prohibido danzar y jugar con los demás vecinos. (Cfr. Florencio Idoate, “Agotes en los valles de Roncal y Baztán”, Rev. Príncipe de Viana, vol. IX, 1948, Pamplona, pág. 402).”

(Donostia, 1952, pág. 65)

Siguiendo con los escritos del Padre Donostia, en el juicio de la Santa Inquisición a las brujas celebrado en Hondarribia en 1611, una delatora llamada Isabel de Arano confesó haber visto a «Inesa de Gaxen, francesa, mujer de Pedro de Sanza, que tocaba un tambolin». Según los escritos del inquisidor Pierre de Lancre, en las rees de brujas o aquelarres no faltaba música de txistus y tamboriles, salterios o violines, y esta es la primera mención conocida a una mujer tamborilera en medio de la caza de brujas. No sabemos exactamente por qué razón la acusaban y actuaban en su contra, si porque las mujeres tenían prohibido tocar el txistu y el tamboril, o porque en realidad tocarlos era pecado, o por ambas razones.

De todas maneras, no todo era rechazo, prohibición y castigo. Como expresa Carmen Rodríguez Suso: “El Padre Palacios, polemista contra los bailes en general, precisaba en 1791 una primera diferencia entre tamborileros al decir que «si se redujera su oficio a dar la alborada o acompañar a la Señora Justicia, enhorabuena; pero para bailar, y bailar así, no se puede consentir»”20. Según la función que desempeñaban los txistularis o tamborileros, su fama podía variar. Rodríguez Suso diferencia tres tipos de tamborileros: en primer lugar, el tamborilero autónomo, que principalmente interpretaba bailes y actuaba en fiestas privadas, que podía ser contratado en un pueblo u otro para alguna fiesta concreta y que, por lo general, era visto con recelo por las autoridades civiles y religiosas. En segundo lugar, el tamborilero ordinario, de categoría inferior, que se ofrecía a tocar en romerías, bodas y celebraciones, tabernas…; pobre y errante, habitualmente era considerado peligroso por las autoridades. Y en tercer lugar, el tamborilero asalariado, la élite de este oficio: contratado principalmente por las autoridades civiles (los concejos), su proximidad a ellas y el jornal le daban estabilidad, mejor nombre y otro tipo de ventajas, entre ellas poder acceder más fácilmente a nuevos repertorios por poder relacionarse con músicos de mayor nivel social.

Para el siglo XVII en muchas ciudades ya eran habituales los tamborileros asalariados y, al parecer, en el siglo XVIII se consolidaron muchos de aquellos contratos y en los siglos siguientes se creó la figura del tamborilero municipal.

Además, el siglo XVIII fue la época de la ilustración, movimiento intelectual y cultural que tuvo gran impacto en el País Vasco y que trajo incluso la creación de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Sin romper con la separación entre el pueblo y la aristocracia, las miradas ilustradas se orientaron hacia la cultura popular y, con su pasión por la pedagogía, renovaron su aspecto. Es bien sabido que le daban mucha importancia a la música, especialmente en aquel esfuerzo pedagógico, y desde el Real Seminario de Bergara pusieron especial atención a los dantzaris y txistularis21. El propio Xabier Maria Munibe, conde de Peñaflorida, daba clases al tamborilero de Azkoitia, para que tocara los zortzikos y contradanzas creadas por él mismo (Xabier Maria Munibe puede ser considerado como el primer compositor conocido de piezas de txistu)22. La figura del tamborilero vitoriano Baltasar Manteli también aparece muy ligada a la Sociedad Bascongada de Amigos del País. En palabras del Padre Donostia, Manteli podía interpretar las variantes del tema Oh cara armonia de la ópera Il Flauto Magico de Mozart tocando dos txistus a la vez.

Los txistularis, por iniciativa de los ilustrados, comenzaron a instruirse y a trabajar nuevas técnicas y repertorios, por lo que se puede empezar a hablar de virtuosismo entre las nuevas élites del siglo XVIII. Jose Ignazio Ansorena también menciona otra variable23 que pudo influir en el impulso del txistu por parte de los ilustrados vascos. En aquella época en que la música de los tamborileros estaba a punto de desaparecer en numerosos pueblos de Europa, entre la aristocracia francesa adquirió repercusión desde finales del siglo XVII: los compositores cercanos a la corte buscaron una fuente de inspiración en los intérpretes de flutet-tambourin provenzales y occitanos, y llegaron a crear un género musical denominado tambourin. Aquello influiría, sin duda, en la renovación de la reputación de los tamborileros, y es de suponer que esa reputación renovada tuvo algo que ver en la actitud que los ilustrados vascos adoptaron con respecto al txistu, ya que siempre miraban hacia Francia.

En el siglo XVIII, por tanto, hubo una pequeña revolución entre los tamborileros: aquel tamborilero asalariado, además de ser txistulari municipal, se estaba convirtiendo en tamborilero instruido. Comenzaron a tocar a dos voces (lo cual tuvo que influir en la forma de interpretar los instrumentos) y a finales de siglo empezó a aparecer la tercera voz (el silbote). También ampliaron los nuevos repertorios, con contrabailes, contrapases, minués, valses y zortzikos de moda. Ya en el siglo XIX, la crítica o injuria de Iztueta a estos tamborileros durante su apología de bailes y tradiciones antiguas es conocida y significativa:

Dambolin oec beren eguinquizun gucietan, emandiote, jaiot errico soñu gogoangarriac urruñaturic, erbesteetako naspillatuac jotceari. / Alboradac ematera dijoatcenean, ixil ixilic aurqueztuco dirade eche atarian: non asico duten Inglaterraco minue, edo mindue, eta bucatuko dute, Franciako balsaquin edo atsaquin. Oec, eta oquerreco dantza Turquiacoen soñuac dirade, oraingo damboliñac darabiltzatenac gora ta bera, atcera ta aurrera, cearca ta saiesca, zuzenca ta oquerca, amilca ta cilipurdica, eta norc daqui nola?.

(Iztueta, 1968, pág. 110)

 Esku dantza Debako Foruen plazan, 1930 inguruan. (Arg.: EHTE)

Esku dantza en la Plaza de los Fueros de Deba, en torno a 1930. (Fot.: EHTE)

El siglo XIX fue confuso y complejo en el País Vasco del Sur: primero el afrancesamiento y después dos guerras carlistas, el resultado fue el caos político y económico. Los tamborileros también lo sufrieron. Mientras duró la guerra, de 1808 a 1813, no se celebraron los sanfermines en Pamplona, y en 1813, tras la capitulación de los franceses, en la ciudad solo quedaba un intérprete de clarín para tocar las vísperas24. En Donostia, el famoso tamborilero Pedro Latierro, coetáneo de Iztueta, se pronunció a favor de los constitucionalistas o liberales, y cuando en 1820 los monárquicos tomaron el poder, se le arrebató el puesto durante seis años25. A las prohibiciones por razones religiosas y morales que ya existían con anterioridad se le sumaban nuevas prohibiciones por razones políticas. Así, en el año 1873 en Vitoria-Gasteiz deshicieron la recién creada banda municipal de tamborileros (la renovaron al cabo de tres años) y un concejal lo justificó de esta manera: “Se trata de un anacronismo inconcebible, que son funcionarios que no aportan ningún provecho ni distracción y que son costosos y hasta ridículos en tiempos de libertad esas reminiscencias decrépitas del absolutismo.”26

Pero entre muchos avatares, la actividad de los tamborileros experimentó un notable auge en el siglo XIX. En 1816, con los sanfermines de nuevo en marcha, once juglares tocaron en las fiestas de Pamplona, junto a cinco violinistas y cinco dulzaineros. Orduña contaría con un tamborilero funcionario desde 1820 y Markina desde 1828. Portugalete contrató un segundo tamboril en 1846. Hernani contrató un silbo segundo en 1850, para que formara banda junto al atabal y al primer txistu27. En Vitoria-Gasteiz, como se ha mencionado, en el año 1843 se les hizo el primer contrato permanente a los tamborileros y, tras un paréntesis de tres años, a partir de 1873 contarían con una banda de txistularis estable. También Portugalete contrató a un segundo tamborilero en 1846, y Beasain a dos tamborileros en 1866…

Villabonako txistulariak 1910ean: Felipe, Bonifacio, Patxi eta Basilio Laskurain Olano anaiak. (Arg.: EHTE)

Txistularis de Villabona en 1910: los hermanos Felipe, Bonifacio, Patxi y Basilio Laskurain Olano. (Fot.: EHTE)

Irungo txistulariak udal korporazioan, 1930 inguruan : Maximo eta Simon Zubeldia txistu-danbolinez eta Paulino Berges atabalari. (Arg.: EHTE)

Los txistularis de Irun en la corporación municipal, en torno a 1930: Máximo y Simón Zubeldia con txistu y tamboril, y Paulino Berges con atabal. (Fot.: EHTE)

Para finales del siglo XIX, ya estaba consolidado el proceso de institucionalización e instrucción comenzado el siglo anterior y aquellos tamborileros se habían ido en txistularis. Aquella época vio nacer a txistularis de renombre: los azpeitiarras Pedro Latierro e Ignacio Ansola (el primero de la dinastía de los Ansola), el portugalujo Antonio Gomendio, el tolosarra Francisco María Arzuaga Txango (txistulari de Bilbao), el gazteluarra José Miguel Jaurena, los hernaniarras Teodoro Erauskin, Fernando, Ignazio y Manuel Ansorena, el mutrikuarra Eusebio Basurko, el legutiorra Romualdo Gotxikoa y otros muchos, pero merecen una especial mención los afamados Manuel y Joxe Angel Dorremotz, padre e hijo naturales de Almandoz, o Javier Etxeberria, natural de Ezquíroz28, además de los txistularis institucionales, muestra del numeroso grupo de ttunttuneros que seguían poniendo música a los bailes y las fiestas de los pueblos.

Javier Etxeberria, Ezkirotzeko ttunttuneroa. (Arg.: EHTE)

Javier Etxeberria, ttunttunero de Ezquíroz. (Fot.: EHTE)

En el norte tampoco pasó en vano el siglo XIX, y tratando de contrarrestar el retroceso que vivía la cultura vasca, gracias al impulsado de Anton Abadia, en 1851 comenzaron a organizar Juegos Florales en Urruña, en celebraciones que giraban en torno a concursos de poesía y a competiciones de pelota. En 1879, la Asociación Euskara de Navarra, presidida por Arturo Campión, se reunió con el señor Abadia para que los Juegos Florales traspasaran la frontera, y se celebraron por primera vez en Elizondo. En aquellos Juegos Florales de Elizondo, a petición de Campión, se añadió un nuevo apartado a las celebraciones: concursos de músicos populares29. Cuatro fueron los tamborileros que participaron en aquella primera competición, en la que se proclamó vencedor Manuel Maltxo, vecino de Santesteban. A partir de ese momento proliferaron las Juegos Florales también en el País Vasco del Sur, pasando a formar parte del programa los concursos de txistularis o tamborileros. En 1881 se celebraron en Irun; en 1882 en Bilbao; en 1892 en Donostia; en 1896 en Arrasate; en 1899 en Aramaio; en 1901 en Azpeitia; en 1902 en Oñati… Y muchos de ellos también se celebraron durante el siglo XX bajo el nombre de Euskal Jai o Fiestas Euskaras.

A principios del siglo XX, además del socialismo, el nuevo nacionalismo vasco se expandió rápidamente por el País Vasco del Sur, sobre todo en Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, y tuvo un profundo impacto entre los txistularis en el futuro. En muchos casos, desde perspectivas políticas radicalmente opuestas, la imagen del txistulari fue utilizada como símbolo por el entorno de la Asociación Euskara de Navarra, por los nacionalistas y por los tradicionalistas españoles (sobre todo por los sucesores del carlismo); alguna vez también por los socialistas, pero en menor medida. Situarse en medio de la confrontación política acarrearía graves problemas para el txistu, pero también impulsó iniciativas importantes que resultaron imprescindibles para que los txistularis llegaran revitalizados hasta el siglo XXI.

En 1918, la recién creada Eusko Ikaskuntza - Sociedad de Estudios Vascos, en su primer congreso, sacó esta conclusión a cerca de la música popular:

6’gna. Baseŕitaren aŕtean gasterik asko dago txilibitua joten, erosteko ba’leuko, pozik ikasiko leukena. Duin diran gasteai txilibitua emon egin beaŕ litzakioe. Askotan oŕetariko gasteen batek eŕi aldien baten bere txilibituaz dantza-eraen bateri eutsen leyo ta beaŕ ba’da galtzen itxi ez. Aldundien lepotik emon beaŕ litzakez txilibituok.

(Dueñas, 2018)

Entre otros muchos problemas, en aquella época, según parece, no había muchos fabricantes de txistu, pero los miembros de Eusko Ikaskuntza acertaron en acudir al caserío Ixkibo de Arantza, y en 1919 recibieron la primera colección de txistus: 8 txistus de boj hechos por José Miguel Biurrarena. Este, Isidro Ansorena y sobre todo Teodoro Larralde (también natural de Arantza) confeccionaron cientos de txistus para Eusko Ikaskuntza entre 1919 y 1936, y la asociación los repartió por todo el País Vasco, con intención de revitalizar la actividad de los txistularis30.

Euskal Herriko Txistulari Elkartearen lehen batzar orokorra. Arrate, 1927/09/20. (Arg.: EHTE)

Primera asamblea general de la asociación Euskal Herriko Txistulari Elkartea. Arrate, 20/09/1927. (Fot.: EHTE)

En los años 1926 y 1927, varios txistularis de la zona de la ría de Bilbao trabajaron para formar una asociación que se extendería a todo el País Vasco. El primer promotor fue Sandalio Tejada. Comenzaron a reunirse semanalmente en el bar El Perro de Bilbao, con el fin de ponerse en contacto con txistularis de todo el País Vasco: los txistularis bilbaínos Manuel y Joaquín Landaluze; Martín Elola, de Begoña; Demetrio Garaizabal, de Sestao; Luis López de Bergara, de Portugalete; Segundo Atxurra, de Algorta, Benito y Daniel Albeniz, de Las Arenas… y el propio Tejada. Así, el 20 de septiembre de 1927 se constituyó la Euskal Herriko Txistulari Elkartea, en la primera asamblea celebrada en Arrate. Contaron más de 100 txistularis en aquella asamblea y fiesta. Nombraron a Eduardo Gorosarri primer presidente de la asociación y aprobaron los primeros estatutos, estableciendo delegaciones en todos los territorios excepto en el norte.

En aquellos estatutos, el segundo artículo resumía los objetivos de la asociación y, de paso, las inquietudes y los problemas principales de los txistularis de la época:

Art. 2º Los fines de la Asociación son el progreso artístico y defensa económica de la clase de chistularis por todos los medios que se estimen oportunos y desde luego por los siguientes: / El progreso artístico: a) por el enriquecimiento del repertorio musical para chistu; b) por la propaganda de la práctica del chistu creando clases para su enseñanza; y c) por la consolidación del cargo de chistulari municipal en todos los Municipios del país. / La defensa económica de los chistularis: d) por la protección de los mismos en los casos en que fuera necesaria la intervención de la Asociación: y por la creación de un Montepío de Chistularis.

(Tejada, 1928)

Entre las iniciativas de la asociación Euskal Herriko Txistulari Elkartea, la primera que merece mención es la revista Txistulari31, que publicó su primer número en abril de 1928, al poco de nacer la asociación. En los artículos y escritos de dicha publicación se tratarían preferentemente temas relativos al mundo del txistu y, a su vez, ofrecería partituras en cada número. Actualmente se sigue publicando, y es una de las revistas musicales más antiguas de España, si no la más antigua, y una de las primeras de Europa entre las que se dedican a un instrumento popular. Ya ha publicado más de 10.000 páginas solo en partituras.

Txistularien alardea Bilbon 1958ko abuztuaren 23an, kontzertuaren ondorengo kalejiran Gran Víara sartzen. (Arg.: EHTE)

Alarde de txistularis en Bilbao el 23 de agosto de 1958, entrando a la Gran Vía en pasacalle tras el concierto. (Fot.: EHTE)

Entzuleria Bilboko 1957ko abuztuaren 17ko txistularien alardean. Areatza lepo. (Arg.: EHTE)

Público en el alarde de txistularis celebrado en Bilbao el 17 de agosto de 1957. El Arenal a rebosar. (Fot.: EHTE)

Entre 1928 y 1936, la actividad de los txistularis vivió un florecimiento en torno a la asociación Euskal Herriko Txistulari Elkartea y coincidiendo con otros hechos: vieron la luz los primeros métodos para aprender a tocar el txistu (del Padre Hilario Olazarán y de Manuel Landaluze); se crearon varios grupos de baile que la convirtieron en pilares de la historia del floklore vasco (Saski-Naski en Donostia y Euzko Pizkundea en Bilbao, por ejemplo); se celebraron numerosos campeonatos de txistularis, así como concursos de composición para txistu (el primero fue organizado en 1931 por la propia asociación), e irrumpió con fuerza un nuevo tipo de formación que resultó decisivo en la actividad musical de estos músicos: el alarde de txistularis.

Alardea Donostiako Konstituzio plazan, 1959/09/13an, Semana Vasca-ren amaierakoa. Isidro Ansorena zuen zuzendari. (Arg.: EHTE)

Alarde de clausura de la Semana Vasca en la Plaza de la Constitución de Donostia, 13/09/1959. Dirigido por Isidro Ansorena. (Fot.: EHTE)

Bilboko txistu, alboka eta pandero akademiako saio bat, 1957-58 inguruan. Eskuinean, eskola gidatzen, Boni Fernández entzutetsua, Manuel Landaluzerekin akademiaren bultzatzaileetako bat. (Arg.: EHTE)

Sesión de la academia de txistu, alboka y pandero de Bilbao, alrededor de 1957-58. A la derecha, dirigiendo la clase, el famoso Boni Fernández, uno de los impulsores de la academia junto a Manuel Landaluze. (Fot.: EHTE)

Seguramente también antes se habrían reunido de vez en cuando, pero parece que la asamblea celebrada en Arrate en septiemtre de 1927 fue la primera vez en la que tantos txistularis tocaron juntos. Primero en el pasacalle y en la procesión, y después en el concierto ofrecido en el portal de la iglesia, unos cien txistularis y atabalaris tocaron a tres voces el breve repertorio preparado por Gorosarri para la ocasión: una pieza solemne (alkate soinua) y una pieza a la que el autor tituló Arrate y que estaba compuesta por un orripeko, un arin-arin y un pasacalle. Según cuentan las crónicas de la época, aquella reunión fue muy exitosa32, y no cabe duda de ello, si nos fijamos en lo que sucedió después: en las asambleas celebradas en los años siguientes, se convirtió en algo habitual tocar conciertos y pasacalles en grupos grandes, y en algunas ciudades pronto empezaron a organizar este tipo de eventos anualmente, bajo el nombre de alarde de txistularis.

Aita Hilario Olazaran eta Isidro Ansorena. (Arg.: EHTE)

El Padre Hilario Olazarán e Isidro Ansorena. (Fot.: EHTE)

Txistulariak Iruñean, 1958ko sanferminetan, Poli Garay buru dutela. (Arg.: EHTE)

Txistularis en Pamplona, en los sanfermines de 1958. A la cabeza, Poli Garay. (Fot.: EHTE)

Iruñea (aurrean) eta Tolosako txistulariak (atzean), galako jantzitan, 1979ko San Fermin eguneko prozesioan. (Arg.: EHTE)

Txistularis de Pamplona (delante) y Tolosa (detrás), vestidos de gala, en la procesión del día de San Fermín. (Fot.: EHTE)

Las primeras escuelas oficiales de txistu también se crearon entonces; es el caso de la academia municipal de txistu y danzas de Donostia, que nació en 1929 y que contó con Isidro Ansorena como responsable de la enseñanza de txistu. Y los grupos de txistularis siguieron formándose y fortaleciéndose: en 1929, por ejemplo, se formó la banda completa de txistularis de Bermeo, y en 1935, la banda de la Diputación Foral de Álava. En el año 1936, la dirección de Euskal Herriko Txistulari Elkartea se encontraba en Pamplona, con María Paz Ciganda de presidente, trabajando, entre otras cosas, para crear el grupo municipal de txistularis de la capital navarra y analizando la necesidad de introducir la oferta de txistu en la escuela de arte. Sin embargo, en julio aquellos planes quedaron truncados por el golpe de estado que dieron los militares en Pamplona.

La guerra y la dictadura que le siguió tuvieron un fuerte impacto en el mundo del txistu: entre los txistularis muertos podemos mencionar al errenteriarra Alejandro Lizaso, y entre los que tuvieron que exiliarse, a Sandalio Tejada; son muestra de la represión que sufrieron muchos y muchos txistularis. La asociación de txistularis fue ilegalizada de inmediato, y estuvo sumida en un silencio forzado durante largos años. Aunque todavía queda historia por escribir, el bando que dictó e hizo cumplir el nuevo gobernador militar de Estella, en septiembre de 1936, podía ser indicio de los oscuros tiempos que estaban por llegar. Este pasaje pertenece al libro Navarra 1936. De la esperanza al terror, publicado en 1986 por la editorial Altaffaylla:

En ciertas regiones de las provincias vascongadas y en nuestra querida Navarra se usan el txistu y los correspondientes instrumentos para el baile. En las vascongadas muy bien que sigan con sus patriarcales costumbres; en Estella eso es planta exótica desconocida e importada por los que todos sabemos. Se acabó el “gora Euzkadi”, estamos en tiempos de VIVA ESPAÑA, por consiguiente, quien los posea entregará todos esos instrumentos en el plazo de 48 horas.

(Sánchez Ekiza, 2005, págs. 246-247)

En la guerra, había txistularis en ambos bandos, y parece ser que tocaron incluso en el frente, los gudaris en uno, los nacionales en el otro. Durante los años siguientes no se silenció del todo el sonido del txistu en el País Vasco, pero al igual que en el resto de los ámbitos de la sociedad y de la vida, también en este hubo una interrupción brusca.

Sin embargo, la guerra tuvo algún otro efecto inesperado en torno al txistu. Fueron muchos los txistularis y dantzaris que tuvieron que exiliarse y en 1937, por iniciativa del Gobierno Vasco, se creó el grupo Eresoinka, bajo la dirección de Gabriel Olaizola (de familia de txistularis) y con la colaboración de Narkis Diez de Ibarrondo, que había dejado atrás su ciudad natal, Vitoria-Gasteiz (Narkis pronto se convirtió en uno de los impulsores del grupo Oldarra y llevó a cabo una gran labor para fomentar el txistu entre los jóvenes labortanos). Aunque anteriormente hubo unos pocos txistularis que cruzaron el Bidasoa de sur a norte, se puede afirmar que el txistu llegó en 1936 al País Vasco del Norte. El Padre Hilario Olazarán enseñó a tocar el txistu a algunos jóvenes en la época que pasó en Uztaritze y uno de ellos es considerado como el primer txistulari de Lapurdi: el famoso cantante Mixel Labeguerie.

Txistulariak Baionako Euskal Museoaren aurrean, hiriko festetan bertako eta Iruñeko agintariei bidea zabaltzen. 1966/07/17. (Arg.: EHTE)

Txistularis frente al Museo Vasco de Bayona, abriendo paso a las autoridades locales y de Pamplona en las fiestas de la ciudad. 17/07/1966. (Fot.: EHTE)

Entre 1937 y 1955, los txistularis que pudieron siguieron tocando en el País Vasco del Sur. En Donostia, por ejemplo, al poco de que los nacionales dominaran la ciudad, los nuevos dirigentes pusieron a trabajar a la banda municipal de txistularis, para lo cual hicieron regresar a casa a Secundino Martínez de Lecea, que había ido al frente con los requetés, y como Evaristo Goñi se había ido con las brigadas rojas, llamaron a su padre Martin para que ocupara su lugar. En Pamplona, la banda municipal se creó, por fin, en el año 1944. Y en 1946 pudo volver a celebrarse un alarde de txistularis en Donostia.

En 1952 los txistularis consiguieron la autorización para dar un concierto en Arrate. Con motivo del 25 aniversario de la creación de la asociación de txistularis, se celebró allí, casi de improvisto, la primera reunión para volver a poner en marcha la entidad. Si en 1927 fueron Tejada y los txistularis de la zona de Bilbao quienes impulsaron el proyecto, en esta ocasión tomaron el testigo Isidro Ansorena y los txistularis de Donostia: el propio Ansorena, Lucas Ganuza, Fernando Vidal, Manuel Galdona… En aquel contexto político, era difícil incluso redactar unos estatutos que aprobaran las autoridades, pero en 1955 consiguieron volver a legalizar y poner en marcha la asociación Euskal Herriko Txistularien Elkartea. Nombraron presidente a Luis Urteaga, y establecieron una estructura similar a la anterior. La asociación renovada comenzó su nueva andadura con 450 socios, y cada dos años trasladó la dirección de capital (Donostia 1955-156; Bilbao 1957-1958; Vitoria-Gasteiz 1959-1960; Pamplona 1961-1962…). En la asamblea de Bilbao de 1956 la asociación ya contaba con 600 socios; en 1960, eran 1.460, y en 1969 llegó a tener 3.185.

Con la asociación también regresó la revista Txistulari y, a pesar de las dificultades, se retomaron las actividades anteriores a la guerra: en 1957 se celebró en Basauri la primera edición del concurso de bandas de txistularis y desde entonces todos los años se organizó algún campeonato, entre los que caben destacar los campeonatos infantiles de txistu que comenzaron a celebrarse en Zarautz en 1965. Por su parte, los concursos de composición se reiniciaron en 1961. Y los alardes se multiplicaron rápidamente: según los datos de la revista Txistulari, en 1957 se organizaron al menos 5 alardes, en 1958, 10 y en 1959 ya eran 22 (uno de ellos, el primero de los sanfermines de Pamplona); muchos de ellos se llevaron a cabo en la zona de Bilbao y especialmente en la Margen Izquierda.

En cuanto al ámbito educativo, cabe mencionar lo sucedido en Donostia. Hasta entonces, Isidro Ansorena instruía a sus alumnos de txistu en su casa, pero en 1950 el Ayuntamiento designó oficialmente a Ansorena para que diera clases de txistu en el conservatorio municipal33. Con ello, por primera vez en todo el estado, y al parecer también en Europa occidental, la enseñanza de un instrumento popular se abría paso en la oferta de un conservatorio. Más tarde, con el repunte del txistu, fueron proliferando las escuelas y las academias: en 1957 nació la academia de txistu de Bilbao, y en 1958 la de Pamplona. En el año 1961 el txistu también entró en el conservatorio de Pamplona, y nació el de Bayona; en Vitoria-Gasteiz también surgió entonces. Los afamados Isidro Ansorena, Boni Fernández, Polikarpo Garay y Félix Ascasso fueron quienes dirigieron aquellas escuelas de las capitales del sur, y en Bayona aquella labor corrió a cargo del joven Iñaki Urtizberea. A finales de la década de los 60 y en la década de los 70, comenzaron a consolidarse las escuelas de txistu de muchos pueblos. El método principal de aquellas escuelas renovadas sería el nuevo trabajo de Isidro Ansorena: Txistu ots gozoa, nola…?34.

Isidro Ansorena se jubiló en 1962, con 70 años, pero siguió tocando hasta 1972. Murió en 1975, habiendo establecido las bases para los nuevos tiempos que viviría el txistu.

EL TXISTU ENTRE LOS SIGLOS XX Y XXI

Si bien es preciso tener en cuenta toda la historia del txistu para poder comprender su situación actual, consideraremos como época contemporánea la mitad de siglo que va desde 1975 hasta la actualidad, puesto que los acontecimientos de la década de los 80 están directamente relacionados con la situación actual.

Al finalizar la dictadura española, se abrió en el País Vasco una época de grandes movimientos políticos y sociales. Al igual que sucediera a principios del siglo XX, el txistu quedó atrapado en medio de esa época de cambios, en medio de los debates de los partidarios de un pensamiento u otro, y como fue utilizado como símbolo, a veces recibió alabanzas y otras veces desprecios. A consecuencia de todo aquello y de otros muchos factores, empezó a ralentizarse o estabilizarse el crecimiento que había vivido en la década anterior. En el caso de la asociación Euskal Herriko Txistulari Elkartea, por ejemplo, aunque mantuvo muchos socios (unos 2.000, en la década de los 80), el número descendió a cifras más reales y pronto se vio obligada a buscar nuevas formas de funcionamiento: en 1982 estableció la sede administrativa en Donostia, y desde 1988 la tiene en Errenteria.

Donostiako Udal Txistulari Banda 1968an, lehen jaunartzea egin dutenekin Santa Maria basilikako bidean (Corpus egunez antza). Ezkerretik eskuinera: Javier Hernández, Fernando Bergara, Jose Antonio Altuna eta Ramon Andueza. (Arg.: EHTE)

La Banda Municipal de Txistularis de Donostia en 1968, camino de la basílica de Santa María junto a los niños y niñas que recibieron la primera comunión (al parecer, el día del Corpus). De izquierda a derecha: Javier Hernández, Fernando Bergara, José Antonio Altuna y Ramón Andueza. (Fot.: EHTE)

En muchos ámbitos hubo incluso un descenso, especialmente en la música popular. Desde inicios del siglo XX, los acordeones y las bandas musicales estaban ocupando el lugar que antes ocupaban los tamborileros en las fiestas y, a finales de siglo, los discos y los nuevos sistemas de amplificación acentuaron aquella caída. En algunos pueblos el txistu mantuvo su tradicional función ligada al baile, pero cada vez en menos lugares, y la figura del tamborilero popular casi llegó a desaparecer para el siglo XXI. Anjel Alduntzin en Leitza, Maurizio Elizalde en Baztan, Miguel Makuso en Malerreka… en opinión de muchos, la última generación de tamborileros populares desaparecía con ellos. En el otro extremo, también desaparecieron muchas bandas municipales de txistularis, y hoy en día, no quedan muchas más que las bandas de las cuatro capitales del sur, la de la Diputación Foral de Álava, la de Barakaldo, la de Tolosa y la de Errenteria.

En las ciudades y pueblos grandes, en cambio, se mantuvo con éxito la actividad de los txistularis: en los alardes, en las escuelas, en los grupos de baile y, sobre todo, en los grupos de txistulares locales que empezaron a proliferar a partir de la década de los 70 (muchos de ellos surgidos en los grupos de baile). He aquí algunos de esos grupos: Lartaun (nacido en Oiartzun entre 1961 y 1964), Ereintza (Errenteria, 1963), Ibai-Lorak (Zalla, 1965), Antxinako Ama (Zumarraga, 1967), Txistularis de Burlada (1969), Oberena (Pamplona, 1971), Olagain (Andoain, 1979), Danbolin (Basauri, 1985), Goiz-Deia (Legazpi, 1998), Jarraitzen Dugu (Muskiz, 1998), Jaizale (Durangaldea, 2005), Txirriskla (Astigarraga, 2006), Orai Bat eta Jo Txistua (Bayona), Getxa Goi (Urduña), Txalkor (Azkoitia), Lankaietako Lagunak (Laudio), Txola (Sangüesa)… En muchas ocasiones, estos grupos asumieron las funciones que anteriormente cumplían los txistularis populares y los txistularis municipales, y hoy en día, todavía, en muchos pueblos estos músicos dirigen los bailes, tocan las dianas los días de fiesta u organizan conciertos y alardes. En pueblos más pequeños, aunque la figura del tamborilero haya desaparecido, a veces han conseguido mantener la presencia del txistu, organizándose a nivel de valle o formando grupos más pequeños, y en algún que otro caso ha sobrevivido la figura del tamborilero en solitario o acompañado de atabalari, como es el caso de los Larralde en Baztan, o de Mintxo Garaikoetxea, que lleva años recorriendo diversos pueblos navarros.

Gasteizko Udal Txistulari Banda 1990 inguruan, tronpeta joleekin. (Arg.: EHTE)

La Banda Municipal de Txistularis de Vitoria-Gasteiz en torno a 1990, junto a trompetistas. (Fot.: EHTE)

Además de la labor de los grupos de txistularis y de la asociación, el pilar de la situación que goza el txistu actualmente ha sido el ámbito académico, y en ese aspecto la llamada escuela de Donostia ha sido el punto de partida. Con la jubilación de Isidro Ansorena, la dirección de la Banda Municipal de Txistularis de Donostia recayó en Javier Hernández Arsuaga, y en 1971, con ayuda del maestro Francisco Escudero, presentó el Grupo Experimental de Txistu: en aquel grupo formado por los txistularis municipales de la capital guipuzcoana y por el alumnado del Conservatorio, comenzaron a explorar y trabajar nuevos repertorios e instrumentos35. Miembro de aquel grupo era Jose Ignazio Ansorena, sobrino de Isidro, y alrededor del año 1978 fue él quien asumió la dirección de la banda de txistularis de Donostia, así como de las clases de txistu del Conservatorio. En pocos años, para 1985, introdujeron cambios importantes: por un lado, consiguieron establecer estudios de txistu de grado medio y superior en el Conservatorio Municipal, y fue el propio Jose Ignazio Ansorena el primero en obtener el título de catedrático en txistu.

Donostiako Udal Txistulari Banda, Isidro Ansorena Txistulari Taldeen II. Lehiaketan parte hartzen 1979an. Ezkerretik eskuinera: Jose Ignazio Ansorena, Jose Antonio Altuna, Olegario Izagirre eta Agustin Laskurain. (Arg.: EHTE)

Banda Municipal de Txistularis de Donostia participando en la II Competición de Bandas de Txistularis Isidro Ansorena, en 1979. De izquierda a derecha: Jose Ignazio Ansorena, José Antonio Altuna, Olegario Izagirre y Agustín Laskurain. (Fot.: EHTE)

Por otro lado, y a consecuencia de lo anterior o por las necesidades que conllevó, crearon, adaptaron o impulsaron nuevos métodos y repertorios de txistu36. En tercer lugar, profundizaron en la fabricación, y la consecuencia más significativa, más que la creación del txistu bajo y del txilibitu, fue que acercaron las medidas del propio txistu a los estándares de afinación: bajo la dirección de Ansorena, el fabricante Jesús Segurola, natural de Zumarraga, presentó en 1980 un txistu que se podía tocar en las tonalidades fa y fa#, partiendo por la mitad el txistu y cambiándole la parte de la mano. Especialmente los txistus de tonalidad fa facilitaban poder tocar junto a otros instrumentos, y su uso se extendió rápidamente.

Grupo Experimental de Txistu talderako Martin Rodríguez Mirandak egindako Txistu handia eta Silbote handia, estutxeetan (1974 ingurua). (Arg.: EHTE)

Txistu handi o txistu bajo y Silbote handi o silbote bajo hechos por Martín Rodríguez Miranda para el Grupo Experimental de Txistu (cerca de 1974). (Fot.: EHTE)

En aquella época también hubo grandes cambios en la banda de txistularis: la banda estaba formada por cuatro miembros (por aquel entonces, Jose Ignazio Ansorena, Joxan Altuna, Olegario Izagirre y Agustín Laskurain), y en 1982 consiguieron que pasara a tener ocho: entraron los jóvenes Kepa de Miguel, Juantxo Vega, Juan Ramón López de Ullibarri y Javier Lera, para formar una banda nueva con dos primeras voces, dos segundas voces, dos silbotes y dos atabales. Con todo aquello estaba cambiando el propio sonido de la banda, y se estaba fortaleciendo la escuela de Donostia.

En pocos años, comenzaron a llegar al Conservatorio de Donostia txistularis de todo el País Vasco, y pronto pusieron en marcha en todas las capitales los nuevos métodos e instrumentos que empleaban en los conservatorios de grado medio.

Gernikako bonbardaketaren 60. urteurrena oroitzeko egin zen kontzertuaren ikuspegi orokorra. Juanjo Ocón zuzendari zutela, Euskal Herriko txistulariekin metalak, perkusioa eta zortzi abesbatza. Gernika, 1997/04/26. (Arg.: EHTE)

Vista general del concierto en memoria del 60 aniversario del bombardeo de Gernika. Bajo la dirección de Juanjo Ocón, los txistularis del País Vasco actuaron junto a metales, percusión y ocho coros. Gernika, 26/04/1997. (Fot.: EHTE)

El ejemplo más notorio de los cambios y los avances que se estaban dando en el propio repertorio fue, probablemente, la primera obra compuesta para txistu y orquesta sinfónica, el Concierto para txistu y orquesta de Tomás Aragüés, estrenado en 1984.

2002ko maiatzean Jose Ignazio Ansorena eta Euskadiko Orkestra Sinfonikoak bigarrenez eskaini zuten Tomás Aragüésen Txistu eta Orkestrarako Kontzertua. Argazkian, Ansorenak Aragüés maisuaren partitura entzuleriari eskaintzen dio txalo artean.(Arg.: EHTE)

En mayo de 2002, Jose Ignazio Ansorena y la Orquesta Sinfónica de Euskadi ofrecieron por segunda vez el Concierto para Txistu y Orquesta de Tomás Aragüés. En la foto, Ansorena dedica al público la partitura de Aragüés entre aplausos. (Fot.: EHTE)

Jose Ignazio Ansorena dejó el Conservatorio de Donostia en la década de los 90, para dedicarse de lleno a la banda municipal de txistularis (entre otros muchos trabajos), pero para entonces la semilla que puso la escuela de Donostia comenzaba a dar sus frutos y los txistularis han ido profundizando en esas líneas de trabajo hasta llegar a la segunda década del siglo XXI.

En 2001, el Gobierno Vasco reunió en uno los conservatorios superiores de Donostia, Bilbao y Vitoria-Gasteiz y puso en marcha Musikene; desde entonces, Aitor Amilibia es profesor de txistu en dicho centro. Anteriormente, llevaba años trabajando en el Conservatorio Juan Crisóstomo Arriaga de Bilbao, y desde el año 1998 es el impulsor de la asociación Silboberri (primero denominada Berziztu), que desde entonces ha realizado una gran labor en la creación y divulgación del repertorio musical contemporáneo para txistu.

Todos estos cambios han llegado, además de a las escuelas de txistu, también a los conciertos y actuaciones. Más que aumentar los alardes y conciertos masivos, se han refinado: se han adaptado los repertorios, se ha cuidado la afinación de los instrumentos y, sobre todo, se ha trabajado la posibilidad de tocar con otros instrumentos, hasta el punto de que hoy en día son habituales los conciertos junto a coro, órgano, piano, quinteto de metal, marimba y otros instrumentos y agrupaciones diferentes. Garikoitz Mendizabal, por ejemplo, continúa su labor de ampliación del repertorio para txistu y orquesta en su último disco doble grabado en 2021 con la Orquesta de Euskadi.

Txistularien 40. Kontzertu Nagusia Donostian. 2017/08/12. (Arg.: EHTE)

40º Concierto de Txistularis de Donostia. 12/08/2017. (Fot.: EHTE)

LA XIRULA

DENOMINACIONES Y EXTENSIÓN

Se usan las variantes xirula, txirula y txülüla para nombrar este instrumento. Se toca en el noreste del País Vasco, principalmente en Zuberoa, donde no hay fiesta ni baile sin xirula, pero también se ha utilizado en la Baja Navarra, así como en Lapurdi, en tiempos anteriores. En el siglo XX, su uso se extendió también a la parte del sur, especialmente en torno a grupos de baile, pero ligada casi exclusivamente a bailes suletinos y con presencia limitada, pues sigue siendo un instrumento bastante desconocido en esa zona. De hecho, últimamente se ha extendido mucho la costumbre de llamar txirula a cualquier tipo de flauta (especialmente flautas rectas de dos manos), lo que indica el escaso conocimiento sobre el instrumento. Para evitar la confusión que ello pueda generar, aquí empleamos la palabra xirula para designar este instrumento.

Al músico que toca la xirula lo llamamos xirulari, txirulari o txülülari, incluso si toca la xirula y el ttunttun. En francés, han utilizado la palabra tambourin, por lo menos hasta el siglo XIX, y como equivalentes en vasco de esa palabra aparecen tanborina, tanburina y danburia. Sin embargo, esta última variante aparece en el Dictionnaire basque-français de Willem J. van Eys, y en su definición no menciona al músico, sino que ofrece una descripción del instrumento. Estaríamos ante un caso similar al del tamboril, con una metonimia entre las denominaciones del instrumentista y del instrumento.

CONSTRUCCIÓN Y FORMA DE TOCAR

La xirula, como el txistu, es una flauta recta de tres agujeros. Tiene los tres agujeros en la parte inferior del tubo, dos delante y uno detrás. Es más corta que el txistu y ofrece un sonido más agudo, tres tonos y medio más (en tonalidad do, aproximadamente). Esta afinación aguda le da singularidad y una gran vitalidad, y además, muchas veces en una nota se oyen dos armónicos a la vez y, a menudo, su sonido se puede escuchar por encima de los otros instrumentos.

También tiene diferencias de aspecto y hechura respecto al txistu. Al parecer, la xirula ha sufrido pocos cambios o evoluciones a lo largo del tiempo. Se fabrica con madera de boj, todo en una pieza (excepto el taco de la embocadura). A veces los extremos superior e inferior se refuerzan con cuerno, ya que son las partes más susceptibles de romperse por un golpe.

La xirula se toca con una sola mano (normalmente la izquierda) y con la otra es costumbre tocar el ttunttun, que es diferente al ttuntun o tamboril del País Vasco del Sur: se trata de un cordófono golpeado, que también se clasifica entre los salterios o tambores de cuerda, y se sujeta contra el cuerpo con el mismo brazo que se emplea para tocar la xirula. De esta manera, un solo intérprete puede ofrecer a la vez la melodía, la nota pedal de fondo y el ritmo. Con la digitación habitual (cubriendo y descubriendo los agujeros por completo y sin utilizar el agujero del extremo inferior del tubo), proporciona una escala diatónica en un intervalo de duodécima.

AGRUPAMIENTO

Para mediados del siglo XX, el uso del ttunttun estaba bastante olvidado en Zuberoa y el grupo más habitual lo han formado el xirulari tocando solo la xirula y el atabal. Sin embargo, a finales del siglo XX, el ttunttun volvió a cobrar fuerza y hoy en día vuelve a ser habitual ver solistas que tocan ambos instrumentos. De todas maneras, los xirularis también han formado grupos con otros instrumentistas: históricamente, la agrupación más habitual ha sido el dúo formado por rabelista o violinista y xirulari con ttunttun, y muchas veces se les ha sumado un atabalari. El Padre Donostia dice lo siguiente, citando las palabras de E. Boucher:

E. B(oucher), hablando de los vascos en general y de los de la región laburdina en particular, dice. “L’orchestre… est composé pour l’ordinaire d’un violon et d’une flûte à trois tros (chirola) qui se joue d’une main, tandis que le musicien s’accompagne de l’autre sur un tambourin ou sur una espece de tympanon qu’il frappe avec un petit bâton pour marquer la mesure...”

(Donostia, 1952, pág. 74)

En el siglo XX muchas veces se ha tocado junto al acordeón (diatónico y cromático) y hoy en día se utiliza en todo el País Vasco en fanfarres y charangas compuestas por acordeón e instrumentos de banda musical.

Jean Mixel Bedaxagar 1985eko Altzaiko Maskaradetan xirula eta ttun-ttuna jotzen. (Arg.: JMBA)

Jean Mixel Bedaxagar tocando la flauta y el ttun-ttuna en las Mascaradas de Altzai, 1985. (Fot.: JMBA)

HISTORIA

Hoy en día, las diferencias entre el txistu y la xirula son muy evidentes y están definidas. Cada instrumento tiene su aspecto, sonido y dimensiones, así como un ttunttun diferente que lo acompaña, y territorialmente también está bastante dividido el ámbito de uso de cada uno. Sin embargo, si consultamos la documentación histórica, parace ser que antes no existía tal diferencia. Los txilibitus o las xirulas acompañadas de tambor de cuerda o ttunttun estuvieron muy extendidas hasta el siglo XIX tanto en la parte norte como en la parte sur del País Vasco.

Según el Padre Donostia37, los encontramos en Tudela en el siglo XVI38, y en el XVII, se mencionan más de una vez entre los músicos que se acercan a los sanfermines de Pamplona, a veces indicando incluso su procedencia: según parece, uno de los dos bailes que sacó Martin de Gazolaz en el año 1640 lo interpretó con ttunttun (se menciona el salterio), y el otro con chirimía. En 1641 y 1643, Martin y Joan de Martearena fueron desde Arizkun a tocar el ttunttun y el tambor, y desde la Baja Navarra, la primera vez acudieron Juan de Gorroz y Guillen de Garroch a tocar el rabel y el ttunttun a dúo, y la segunda Anton Gorri y compañeros, con dos ttunttunes, rabel y dantzaris. En 1697, acudieron el tamborilero Pedro de Echeverria y otros seis compañeros, intérpretes de tamboril, ttunttun y rabel (julares, salterio y rabel).

En el siglo XVIII, y sin abandonar los sanfermines de Pamplona, nos comenta Jesus Ramos39 que detrás de txistularis y tamboreros, los músicos más numerosos son estos xirularis con ttunttun o salterio, y realmente son muchos a lo largo del siglo. Tal y como dice el Padre Donostia, es llamativo que no haya ninguno de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava40. Navarros, en cambio, hay muchos, pero cabe mencionar que la mayoría proceden de Baztan (Erratzu, Irurita, Berroeta y sobre todo Arizkun), pero también hay algunos procedentes de Valcarlos, Guésalaz o Malerreka, así como uno de Petilla de Aragón. También hay algunos músicos suletinos, aunque no muchos, y sí más labortanos (de Bayona y San Juan de Luz). Y lo más llamativo es que la mayoría de estos xirularis son de la Baja Navarra: a principios de siglo aparecen de vez en cuando y a partir de 1740 casi anualmente, generalmente formando grupo con rabelistas y frecuentemente más de un grupo.

Ahora que la historia de los xirularis y los ttunttuneros está aún por escribir, las investigaciones recientes de Xabier Itzaina aportan algo de luz para comprender hasta qué punto se emplearon estos instrumentos en el País Vasco del Norte hasta el siglo XIX. Para analizar los siglos XVII y XVIII, ha estudiado los archivos de San Juan de Luz y Ziburu41, y con ellos ha completado los datos de los pueblos vecinos; la vida y el uso preferente de estos instrumentos en esta región costera tomada como muestra son muy representativos, ya que en gran medida se equiparan a los tamborileros guipuzcoanos de barrio, aunque con diferencias.

Gracias a las investigaciones de Itzaina sabemos que hasta el siglo XIX entre los ministriles que contrataban las autoridades de San Juan de Luz y de Ziburu casi todos eran tamborines e intérpretes de violín o rabel. Durante los siglos XVII y XVIII, en las principales fiestas populares (en un lugar San Juan, en el otro Bixintxos) contrataban a estos músicos para tocar en los actos que se celebraban en las vísperas de santos, el mismo día y al siguiente.

También tocaban en otras fiestas, como el día del Corpus o en las celebraciones de Bestaberri (aunque en estas últimas no siempre se mencionan tamborines), o en otras diferentes42. Parece, además, que en San Juan de Luz hubo costumbre, por lo menos durante el siglo XVIII, de tocar el tamborín y el rabel todas las semanas en época estival43.

Fuera de las fiestas tradicionales, en las celebraciones oficiales especiales también son el tamborín y el rabel los instrumentos principales: por ejemplo, en la celebración de acontecimientos relativos a los reyes, como bodas, nacimientos, victorias militares... Desde 1682 hasta 1784 Itzaina ha contado 19 celebraciones de este tipo y en todas se llama a tocar a tambourins et tambours y a violons. También se organizaban fiestas cuando los miembros de la corte francesa pasaban por los pueblos y se contabilizan 13 celebraciones de estas características entre 1656 y 1784: en todas hay tamborines y rabelistas. Al parecer, cuando había que realizar trabajos comunales también era costumbre contratar a estos ministriles, por ejemplo, cuando había que arreglar los caminos, o en la celebración que se llevó a cabo el 30 de junio de 1750, al colocar la primera estaca en las obras para la construcción del nuevo muelle de Ziburu.

En estos pueblos costeros de Lapurdi, muchas de las funciones que desempeñaban estos intérpretes de tamburín y rabel aparecen perfectamente descritas: las danzas de campanillas (antecesoras de las danzas de cascarotes actuales) organizadas por las autoridades y las agrupaciones de chicos se acompañaban con tamburín, y también las danzas de protocolo como la sokadantza y los saltos, y, por supuesto, los bailes tradicionales de todas las fiestas, llamados le bal ordinaire, las danzas itinerantes de carnaval que se ejecutaban para la cuestación, las xaribaris y los astolasterrak. También menciona Itzaina otras ocasiones especiales de baile: al parecer, aunque el Parlamento de París lo prohibiera en 1547, en Lapurdi en el siglo XVII todavía conservaban la tradición de bailar el día en que los seminaristas daban la Misa Nueva, y en 1679 aún hay constancia de algún testimonio de ello.

En los dos siglos analizados, además del tamburín, el rabel y el tambor o el atabal, aparecen otros instrumentos que cumplen estas funciones, pero con menor frecuencia y, generalmente, junto a xirularis, rabelistas y atabalaris: a menudo se mencionan pífanos y tambores, especialmente tocados por militares; en 1769 aparece en San Juan un intérprete de viola; en 1730 y 1731 un basson o fagot refuerza el conjunto violín-tamburín; en 1736 y 1737, también se contrata un organista para que toque el clavecín en el baile...

En Ziburu y en San Juan de Luz, en ambos municipios había tamburines locales, que en los documentos se mencionan con denominaciones como tambourin de la ville y otras similares, pero se observa que a menudo tienen que traer también a los de los municipios vecinos. Si nos fijamos en su origen, parece ser que no tenían que alejarse demasiado (Uztaritze, Senpere, Milafranga, Bayona...). Lo cual muestra que era una tradición bien arraigada en todo Lapurdi. En algunas festividades y celebraciones concretas, al parecer necesitaban muchos tamburines, y se menciona que tuvieron que ir a buscar a alguno hasta Baja Navarra: en 1729, en las celebraciones llevadas a cabo por el nacimiento de Delfín de Francia, por ejemplo, reunieron a catorce tamburines, dos violines y cuatro atabales, pero eso ocurría en muy contadas ocasiones. En las noticias sobre las celebraciones de los pueblos labortanos del interior (Bestaberri, fiestas locales, bailes, etc.) se mencionan tamburines la mayoría de las veces: Makea, Haltsu, Itxasu, Hazparne, Bayona, Bidarte, Getari, Uztaritze, Bastida, Akamarre, Hiriburu...

En el siglo XIX, la xirula sufrió un rápido retroceso. Siguiendo de nuevo el trabajo de Xabier Itzaina, en la costa labortana hay todavía menciones sobre el ttunttun, pero como indica el autor, parece que la xirula pronto quedó huérfana. Se nos mencionan algunas fotos de 1903, en la que la xirula está acompañada por atabales y acordeones diatónicos con un grupo de cascarotes44. En el interior, aquel retroceso vino algo más tarde, y en Hazparne, en las Tobera Mustrak todavía aparecían el tamburín y el rabel en 1874.

En las competiciones de los Juegos Florales de entre 1880 y 1890, se menciona, aunque sea sin ttunttun, la última generación de xirularis labortanos que dominaban las jauzi-dantzas completas: Jean Olhagaray (Uztaritze), Joseph Zubieta y Baptiste Dunat (Makea), Pierre Laxalde (Kanbo), Pierre Sosaya (Hazparne)45.

Sobre la Baja Navarra, no tenemos tantos datos como sobre Lapurdi, por lo menos hasta ahora, pero como hemos visto en los censos de las fiestas de Pamplona, no era menor la tradición de los xirularis-tamburines, y puede creerse que el retroceso que sufrió en los siglos XIX-XX llegó más tarde que en Lapurdi. Al parecer, donde más perduró fue en Amiküze, y en el paso hacia el siglo XX el famoso dúo formado por Tikoi y Gattülü recorría los pueblos de aquel valle amenizando las fiestas con rabel-tamburín. En el siglo XX, tras la segunda guerra, el donapaleutarra Pierra Lamaison todavía tocaba la xirula y el ttunttun.

Por tanto, llegados al siglo XX, Zuberoa era el principal y casi único refugio de la xirula y el ttunttun. Pero también allí había preocupación, porque más de uno veía el peligro de que el ttun-ttun llegara a desaparecer. En ese contexto, son significativos los concursos o primas de xirularis organizados en Atharratze el 27 de abril de 1930. El organizador principal fue Eugène Béguerie (natural de Atharratze), director del Museo Vasco de Bayona, y contó con la ayuda del comandante Boissel y del investigadora inglesa Violet Alford. Para buscar jueces, Béguerie llevó a cabo una encuesta, para saber cuántos xirularis había en Zuberoa, y esto es lo que recogió:

Dans les deux cantons de Tardets et Mauléon nous trouverons 3 ou 4 tchululari avec tambourin, déjà 3 se sont engagés á venir au concours, il n’y en a pas d’autres et notre concours vient au bon moment, car dans quelques temps cet instrument aurait disparu. Par contre nous avons une douzaine de jeunes gens, bons tchululari sans tambourin et connoisant bien les airs de danses de la Soule (sauts basques, airs de mascarade, etc.) et plusiers d’entr’eux viendront au concours dans l’espair de gagner un des quatre tambourins que nous mettons en prime.

(Itçaina, 2018b, pág. 52)

Por tanto, solo había tres o cuatro xirularis con ttunttun. De los 15 xirularis que se inscribieron para las dos competiciones (una de xirularis con ttunttun y la otra de xirularis sin ttunttun) debieron de aparecer 12, pero había más.

El padre Miguel Ángel Sagaseta46 tiene hecha una lista de los músicos de Baztan, Biarno y el País Vasco del Norte, en la que recoge a los intérpretes de finales del siglo XIX y del siglo XX. En la misma línea, Jean-Michel Bedaxagar ha compuesto la lista de los músicos suletinos47. Según se recoge en ambas listas, en el siglo XX la xirula, con o sin ttunttun, seguía siendo el instrumento popular más extendido de Zuberoa. Entre los músicos del siglo XIX, merecen mención especial dos. Uno es el ya mencionado Jean-Baptiste Gastellu-Etchegorry, de la casa Gattülü de Domintxaine (1818-1885), que anduvo mucho en la zona de Amiküze junto al rabelista Ttikoi y que, según Vogel, cosechó gran éxito tocando en Biarritz ante Napoleón III. Y el otro, sin duda alguna, es Jantto Berho (Gotaine, 1851 – Atharratze, 1912), que probablemente fue el más famoso en Zuberoa y que en más de una ocasión anduvo por otros lugares, como por ejemplo en Pamplona.

Entre los xirularis suletinos del siglo XX, estos pueden ser los más reseñables: Pierre Onnainty Lexarduart, natural de Lakarri48, que aprendió con Jean Jantto Berho y que era capaz de tocar dos xirulas al mismo tiempo, férreo defensor del ttunttun, que siempre portaba con él. Ganó el primer premio para los xirularis con ttunttun en las primas de Atharratze. El segundo recayó en Xotal. Simon Patalagoiti Ximun Xotal también era natural de Lakarri49 y dice Bedaxagar que en Zuberoa tuvo fama de ser un xirulari increíblemente elegante (“harrigarriko txülülari elegantaren fama ützi du Züberoan”50). También Xotal era un acérrimo defensor del ttunttun, y muchos lo consideran como el último ttunttunero hasta la llegada de las nuevas generaciones. Al parecer, tras la guerra de 1914 comenzó a tocar en las mascaradas, y también anduvo por París y Pamplona, mostrando la xirula y el ttuttun y las danzas suletinas junto con el famoso atabalari Pierre Ager Garat-Arhane.

Otro de los grandes xirularis fue Arnaud Laxague Allande Etxahun, natural de Liginaga y alumno de Lexarduart; consiguió el tercer premio en Atharratze, en la categoría de xirularis con ttuttun51. Y en esa segunda generación del siglo XX, dos de los más famosos fueron Jean Johañe Copen (Iruri, 1907 - Maule, 1982), profesor de muchos de los que conformaron la próxima generación, y Pierra Bordazaharre Etxahun-Irurikoa52. Etxahun-Iruri hizo una gran aportación a Zuberoa y al País Vasco en su labor de bertsolari, cantante y compositor de melodías y pastorales, pero no fue menor la que hizo dando a conocer y difundiendo la xirula. Él también tocó durante años con el atabalari Pierre Ager Garat-Arhane.

En el siglo XX y en el tránsito al XXI también cabe mencionar el nombre de dos grandes xirularis, que han realizado una ingente labor en fortalecer y mantener la xirula y el ttunttun y su música tradicional, así como en abrir nuevos caminos y crear escuela. Se trata de Jean-Michel Bedaxagar (Urdiñarbe, 1953) y Mixel Etxekopar (Gotaine-Irabarne, 1963). Por iniciativa de este último y de otros músicos, desde 1989 en Gotaine se celebra anualmente el festival Xiru53, que ha dado un importante impulso a la xirula y al mundo que la rodea de cara al siglo XXI.

Lexarduart xirula eta ttun-ttuna jotzen. Atarratze, 1920. hamarkadan. (Arg. Txistu. Tratado de flauta vasca. P. Olazaran de Estella. 1970)

Lexarduart tocando la xirula y el ttunttun. Atarratze, en la década de 1920. (Fot.: Txistu. Tratado de flauta vasca. P. Olazaran de Estella. 1970)

PATRONES54

Entre las flautas rectas de tres agujeros que se han usado en el País Vasco se han conocido numerosas variantes en cuanto a tamaño y aspecto. Las diferencias en las dimensiones están directamente relacionadas con las diferentes afinaciones empleadas.

Aunque haya habido más variantes, las flautas utilizadas en los dos últimos siglos son fundamentalmente de tres tamaños y, por tanto, ofrecen tres tipos de afinación:

LA XIRULA Afinada en tonalidad do.

EL TXISTU Afinado en tonalidades fa y fa#.

EL SILBOTE Afinado en tonalidades sib y si, aprox.

En función de la región y los fabricantes, también hay diferencias no en cuanto a la estructura de la boquilla, en las formas de tornear y adornar el tubo y en los protectores de la flauta.

En lo que a los materiales se refiere, hasta el siglo XIX el boj ha sido la madera más usada en su fabricación. A partir de finales de ese siglo, también se ha utilizado mucho el ébano procedente de África. Hoy en día también se emplean nuevos materiales sintéticos.

A continuación, vamos a presentar algunos prototipos significativos empleados desde inicios del siglo XIX, divididos en los siguientes grupos: txistus, xirulas, silbotes y otros prototipos antiguos. Hemos realizado algunas mediciones, para registrar información sobre sus estructuras y afinaciones.

 

la digitación empleada para recoger muestras

Para recoger muestras sonoras con los txistus y las xirulas que presentamos en este apartado, hemos utilizado la digitación habitual del txistu.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que, dado que el txistu es un instrumento transpositor, las notas que emite reciben una denominación diferente a la de las notas reales. Esta sería la relación que se establece entre ellas:

NOTA

DIGITACIÓN

La2 xxx
Sol2 xoo
Fa#2 xox
Fa2 oox
Mi2 oxx
Re2 xxx
Do2 oox
Si1 oxx
La1 xxx
Sol1 xoo
Fa1 oox
Mi1 oxx
Re1 xxx
 

NOTA DEL TXISTU

(TRANSPUESTO)

NOTA REAL
La2 Re7
Sol2 Do7
Fa#2 Si6
Fa2 Sib6
Mi2 La6
Re2 Sol6
Do2 Fa6
Si1 Mi6
La1 Re6
Sol1 Do6
Fa1 Sib5
Mi1 La5
Re1 Sol5
 

CÓDIGO

X: agujero cerrado

O: agujero abierto

Empezando desde la izquierda, primer agujero: el que se cubre con el dedo corazón, el de la parte inferior del tubo

Empezando por la izquierda, el segundo agujero: el que se cubre con el dedo índice, el que está en el medio

Empezando desde la izquierda, el tercer agujero: el que se cubre con el pulgar, el que está en la parte posterior del tubo, el de arriba

En el caso de la xirula, siendo un instrumento de tonalidad do, la diferencia con respecto a la nota real no es tanta, pero como su tesitura o amplitud es corta, la 1ª nota re de esta flauta corresponde a la 6ª re del piano. En el caso del silbote, en cambio, si se trata de un instrumento de tonalidad sib, la 1ª nota re correspondería a la 5ª nota do del piano.

TXISTUS

SILBO ADQUIRIDO EN BILBAO A FINALES DEL SIGLO XIX (DE LOS HERMANOS NAZABAL)

En 1998, visitamos a los hermanos Nazabal en Seña, un pueblo del municipio cántabro de Limpias55; sabíamos que dos de ellos, Andrés y Emilio, habían tocado la donzaina (dultzaina) y el tambor durante muchos años. Gracias a ellos supimos que su padre Jose Mari (nacido en 1885) tocaba silbo y tamboril a principios del siglo XX. Al parecer, el silbo que guardaban en casa lo había comprado su propio padre en Bilbao. En esta región de la zona oriental de Cantabria había tamborileros a principios del siglo XX y el repertorio que recopilamos en gran medida era muy similar al de los txistularis de Bizkaia.

El tubo de esta flauta parece de ébano. El cabezal de la boquilla, que puede ser de marfil, está acabado en el torno. La lámina del bisel y el caño por donde va el aire son de metal. Ha conservado cuatro de los aros metálicos que tenía a lo largo del tubo; le faltan el que sujeta la lámina del bisel y el del extremo inferior. Se ve que ha perdido el otro anillo que estaba soldado al inferior, es decir, el que se utiliza para sujetar la flauta con el dedo anular.

Este txistu está afinado en tonalidad fa (bastante alto).

 

Señako Nazabal familiaren silbo zaharra. (Arg.: JMBA - J. Abascal)

Silbo antiguo de la familia Nazabal de Seña. (Fot.: JMBA - J. Abascal)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2 Do7 +30 cent
Fa2 Sib6 +30 cent
Mi2 La6 +30 cent
Re2 Sol6 +30 cent
Do2 Fa6 +30 cent
Si1 Mi6 +30 cent
La1 Re6 +40 cent
Sol1 Do6 +40 cent
Fa1 Sib5 +40 cent

TXISTU (COLECCIÓN MÚSICA PARA VER, nº 0696)

En la magnífica colección de instrumentos que tiene en Irun (Gipuzkoa) el matrimonio formado por José Luis Loidi y Lourdes Yarza hay varias flautas rectas de tres agujeros, entre ellas este txistu cuyo número de referencia es el 0696. Lo compraron en la tienda de antigüedades Lagos de Irun en 1982. El vendedor no les dio información alguna sobre el instrumento.

No sabemos de cuándo es, pero al tomar las muestras sonoras nos dimos cuenta de que está afinado en un tono poco habitual: como es un centímetro más corto de lo normal, entre medio tono y un tono entero más agudo (tonalidad sol). Por esa razón, se puede pensar que se trata de un txistu antiguo, anterior al establecimiento de las afinaciones estándar a principios del siglo XX.

Este txistu está afinado en tonalidad sol (bastante bajo).

DIMENSIONES

Longitud (total): 425 mm.

Longitud (tubo de madera): 411 mm.

Diámetro exterior pequeño: 20 mm.

Diámetro exterior grande: 29 mm.

Diámetro interior: 14 mm.

Música para ver bildumako 0696 zenbakia duen txistua. (Arg.: JMBA)

Txistu nº 0696 de la colección Música para ver. (Fot.: JMBA)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
La2 Mib7 +40 cent
Sol2 Do#7 +50 cent
Fa2 Sib6 +50 cent
Mi2 La#6 +40 cent
Re2 Sol#6 +40 cent
Do2 Sol6 -20 cent
Si1 Fa6 +20 cent
La1 Mib6 +30 cent
Sol1 Re6 -30 cent
Fa1 Do6 +10 cent
Mi1 Si5 -50 cent
Re1 Lab5 +40 cent

EL FABRICANTE DE TXISTUS JUAN MIGUEL BIURRARENA IXKIBO

El txistulari Juan Miguel Biurrarena (1849-1935), natural de Arantza (Navarra), fue uno de los principales fabricantes de txistus de finales del siglo XIX y principios del XX. Sus txistus llevaban de nombre Ixkibo, el nombre de la casa donde nació. Aquellos txistus fueron famosos en todo el País Vasco.

Juan Migel Biurrarena txistugilea. (Iturria: Olazaran, 1970, 7. or.)

El fabricante de txistus Juan Miguel Biurrarena. (Fuente: Olazaran, 1970, pág. 7)

TXISTU IXKIBO (MUSEO SAN TELMO, nº 3331)

En la colección del Museo San Telmo de Donostia hay un txistu de Juan Miguel Biurrarena. Llegó a la colección en 1992 y, según se lee en su ficha56, se trata de uno de los txistus que le encargó Eusko Ikaskuntza con el fin de difundir este instrumento.

Este txistu está afinado en tonalidad fa# (bastante bajo).

DIMENSIONES

Longitud (total): 430 mm.

Longitud (tubo de madera): 411 mm.

Diámetro exterior: 25 mm.

Diámetro interior: 14 mm.

Donostiako San Telmo museoaren bildumako txistua, Juan Migel Biurrarenak egindakoa. (Arg.: JMBA)

Txistu de la colección del Museo San Telmo de Donostia, hecho por Juan Miguel Biurrarena. (Fot.: JMBA)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2 Do#7 -20 cent
Fa2 Si6 -35 cent
Mi2 La6 +20 cent
Re2 Sol#6 -20 cent
Do2 Fa#6 -30 cent
Si1 Mi6 +15 cent
La1 Re#6 -10 cent
Sol1 Do#6 +25 cent
Fa1 Si5 +15 cent
Mi1 La5 +50 cent
Re1 Sol#5 -20 cent

txistu ixkibo de los larralde de ARIZKUN

El vecino de Arizkun (Baztan, Navarra) Patxi Larralde tiene otro txistu fabricado por Biurrarena. Esta pieza no tiene anillo para sujetar el instrumento. En su lugar, cuenta con un aro hecho de cuerno alrededor del tubo.

Este txistu está afinado en tonalidad fa# (bastante bajo).

DIMENSIONES

Longitud (total): 418 mm.

Longitud (tubo de madera): 409 mm.

Diámetro exterior pequeño: 19,5 mm.

Diámetro exterior grande: 27 mm.

Diámetro interior: 12,5 mm.

Arizkungo P. Larraldek duen txistua, Juan Migel Biurrarenak egindakoa. (Arg: O. Zapirain – Soinuenea)

Txistu propiedad de P. Larralde, vecino de Arizkun, hecho por Juan Miguel Biurrarena. (Fot.: O. Zapirain – Soinuenea)

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2 Do#7 -20 cent
Fa2 Si6 -30 cent
Mi2 La6 +40 cent
Re2 Sol#6 ±00 cent
Do2 Fa#6 -20 cent
Si1 Mi6 +40 cent
La1 Re#6 -10 cent
Sol1 Do#6 ±00 cent
Fa1 Si5 ±00 cent
Mi1 La5 +50 cent
Re1 Sol#5 -30 cent

TXISTU IXKIBO DE ALBERTO GOÑI

Otro de los txistus fabricados por Juan Miguel Biurrarena lo tiene Alberto Goñi, natural de Elizondo (Navarra). Por su aspecto, parece más nuevo que los dos anteriores, y a diferencia de ellos, este cuenta con aro para sujetar el instrumento con el dedo anular.

Como el anterior, este txistu está afinado en tonalidad fa# (bastante bajo).

DIMENSIONES

Longitud (total): 424 mm.

Longitud (tubo de madera): 412 mm.

Diámetro exterior pequeño: 19,5 mm.

Diámetro exterior grande: 26,5 mm.

Diámetro interior: 12,5mm.

Elizondoko A. Goñik duen txistua, Juan Migel Biurrarenak egindakoa. (Arg.: O. Zapirain – Soinuenea)

Txistu propiedad de A. Goñi, natural de Elizondo, fabricado por Juan Miguel Biurrarena. (Fot.: O. Zapirain – Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2 Do#7 -50 cent
Fa2 La#6 +40 cent
Mi2 La6 +10 cent
Re2 Sol#6 -50 cent
Do2 Fa#6 -20 cent
Si1 Mi6 +40 cent
La1 Re6 +50 cent
Sol1 Do6 +50 cent
Fa1 Si5 -30 cent
Mi1 La5 +20 cent
Re1 Sol5 +50 cent

EL FABRICANTE DE TXISTUS TEODORO LARRALDE

Teodoro Larralde (1878-1964) fue un importante txistugile de Arantza (Navarra) del siglo XX. Era carpintero de oficio y, vista la demanda de la época, empezó a fabricar txistus en su carpintería, cogiendo el testigo a su vecino Juan Miguel Biurrarena.

La mayoría de los txistus solicitados por Eusko Ikaskuntza eran de Teodoro Larralde. En vista del retroceso que estaba sufriendo el txistu a principios del siglo XX, dicha institución puso en marcha una iniciativa para difundir el uso de este instrumento en el País Vasco y comenzaron a repartir txistus en los pueblos, para que los jóvenes aprendieran a tocarlo57 (ver apartado Txistu: historia).

Teodoro Larralde txistugilea bere tailerrean. (Iturria: Olazaran, 1970, 8. or.)

El fabricante de txistus Teodoro Larralde en su taller. (Fuente: Olazaran, 1970, pág. 8)

TXISTU TEODORO LARRALDE (COLECCIÓN JMBA, Nº 44)

Uno de los txistus fabricados por Teodoro Larralde para Eusko Ikaskuntza se encuentra en la colección de instrumentos JMBA de Soinuenea (número de catálogo 44). Este txistu de madera de boj cuenta con aros y láminas de latón. Pegado al anillo inferior tiene otro aro de metal, para sujetar el instrumento con el dedo anular.

Este txistu está afinado en tonalidad fa#.

DIMENSIONES

Longitud (total): 432 mm.

Longitud (tubo de madera): 419 mm.

Diámetro exterior pequeño: 19,5 mm.

Diámetro exterior grande: 27,5 mm.

Diámetro interior: 13mm.

JMBA soinu-tresnen bildumako 44 katalogo zenbakia duen txistua. (Arg.: O. Zapirain – Soinuenea)

Txistu nº 44 de la colección de instrumentos JMBA. (Fot.: O. Zapirain – Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2 Do#7 ±00 cent
Fa2

no da una nota clara

Mi2 Si6 +50 cent

Re2 (los tres agujero cubiertos)

Sol#6 -30 cent

Re2 (los tres agujeros abiertos)

Sol#6 ±00 cent
Do2 Fa#6 ±00 cent
Si1 Fa6 -40 cent
La1 Re#6 -20 cent
Sol1 Do#6 +20 cent
Fa1 Si5 -20 cent
Mi1 La#5 -40 cent
Re1 Sol#5 -40 cent

EL FABRICANTE DE TXISTUS ISIDRO ANSORENA

El famoso txistulari hernaniarra Isidro Ansorena Eleizegi (Hernani, 1892 – Donostia, 1975), además de ser un estupendo intérprete, compositor y profesor, también era fabricante de txistus.

Isidro Ansorena txistugilea txistu berriak prestatzen. (Iturria: Ansorena Miranda, 1996, 82. or.)

El fabricante de txistus Isidro Ansorena elaborando txistus nuevos. (Fuente: Ansorena Miranda, 1996, pág. 82)

TXISTU ISIDRO ANSORENA (COLECCIÓN JMBA, Nº 114)

En la exposición de instrumentos de Soinuenea se puede ver este txistu hecho por Isidro Ansorena en el año 1965, que Juan Mari Beltran compró aquel mismo año, cuando era alumno del propio Isidro.

Este txistu está afinado en tonalidad fa# (bastante alto).

DIMENSIONES

Longitud (total): 438 mm.

Longitud (tubo de madera): 426 mm.

Diámetro exterior pequeño: 21,5 mm.

Diámetro exterior grande: 31,5 mm.

Diámetro interior: 12,5mm.

JMBA bildumako 114 katalogo zenbakia duen txistua, I. Ansorenak egindakoa. (Arg.: Emovere – Soinuenea)

Txistu nº 114 de la colección JMBA, fabricado por I. Ansorena. (Fot.: Emovere – Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2 Do#7 -10 cent
Fa2

Si6 -15 cent

Mi2 La#6 -50 cent

Re2 (los tres agujeros cubiertos)

Sol#6 -20 cent

Re2 (los tres agujeros abiertos)

Sol#6 ±00 cent
Do2 Fa#6 +20 cent
Si1 Fa6 -20 cent
La1 Re#6 -30 cent
Sol1 Do#6 +40 cent
Fa1 Si5 +20 cent
Mi1 La#5 -40 cent
Re1 Sol5 +50 cent

TXISTU DE METAL AGUSTIN DE MIGUEL (COLECCIÓN JMBA, Nº 311)

Por lo que sabemos, los primeros txistus de metal se fabricaron en la década de 1960. En Soinuenea hay dos txistus de este tipo de aquella época: uno fabricado en Gipuzkoa, en tres partes (Colección JMBA, nº 311) y otro fabricado en Bizkaia, en dos partes (Colección JMBA, nº 1121).

El txistu número 311 del catálogo es obra del fabricante Agustín de Miguel Peregrina, y lo creó en el año 1970 en su taller del barrio donostiarra de Amara. Se trata de un txistu de gran sonido, muy adecuado para tocar en la calle.

Este txistu está afinado en tono fa# (bastante alto).

DIMENSIONES

Longitud (total): 430 mm.

Longitud (tubo de madera): 415 mm.

Diámetro exterior: 16,5 mm.

Diámetro interior: 13 mm.

JMBA bildumako 311 katalogo zenbakia duen txistua, A. de Miguelek egindakoa. (Arg.: O. Zapirain – Soinuenea)

Txistu nº 311 de la colección JMBA, hecho por A. de Miguel. (Fot.: O. Zapirain – Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2 Do#7 ±00 cent
Fa2

Si6 +20 cent

Mi2 La#6 -30 cent

Re2 (los tres agujeros cubiertos)

Sol#6 ±00 cent

Re2 (los tres agujeros abiertos)

Sol#6 +20 cent
Do2 Fa#6 +40 cent
Si1 Fa6 ±00 cent
La1 Re#6 ±00 cent
Sol1 Do#6 +30 cent
Fa1 Si5 +50 cent
Mi1 La#5 +10 cent
Re1 Sol#5 ±00 cent

Txistus afinados en dos y tres tonalidades

En la década de 1970, se empezó a utilizar la tonalidad fa, frente a la tonalidad más extendida hasta entonces, fa#. Aunque posteriormente sucedió muchas veces, aquellos txistus de tonalidad fa no venían a reemplazar a los de fa sostenido, sino a completarlos, y se consideró que los txistularis emplearían uno u otro, según lo requiriera la ocasión. Por esa razón, para poder tocar en ambas tonalidades, empezaron a fabricar txistus en tres piezas o partes: la cabeza o parte de la boquilla, la parte manual en tonalidad fa y la parte manual para fa sostenido. Más tarde, también se les hizo una cuarta pieza de tonalidad sol.

El primero en fabricar este tipo de txistus, siguiendo las indicaciones de Jose Ignazio Ansorena, fue el urretxuarra Jesus Segurola, y desde entonces ha habido bastantes fabricantes y prototipos.

Jesus Segurola txistugileak egindako lau zatiko txistua. Burua eta fa, fa# eta soleko eskukoak. JMBA bildumako 111 katalogo zenbakia. (Arg.: O. Zapirain - Soinuenea)

Txistu de cuatro piezas creado por Jesús Segurola. Cabezal y manuales para fa, fa# y sol. Pieza nº 111 de la colección JMBA. (Fot.: O. Zapirain - Soinuenea)

XIRULAS

El fabricante de xirulas Pierre Onnainty Lexarduart

Pierre o Pette Onnainty Lexarduart (1872-1938), quien también aparece con el nombre Lexardoi, fue un famoso y magnífico xirulari de Lakarri (Zuberoa), además del principal fabricante suletino de xirulas de su época. Sus xirulas eran conocidas incluso fuera de Zuberoa. Según se recogía en la revista Belatcha en 193058, veinte años antes las xirulas se las compraban a un fabricante de Vosgos, pero como ya no se vendían, Lexarduart empezó a fabricarlas, ya que era carpintero.

XIRULA LEXARDUART (MUSEO SAN TELMO, Nº 3402)

En la colección del Museo San Telmo de Donostia hay una xirula cuyo número de catálogo es el 3402. Esta flauta de tres agujeros está hecha en madera de boj. Tiene los dos extremos reforzados con cuerno y la lámina del bisel es de metal.

Según indica la ficha59, el fabricante fue Onnaintz, el famoso xirulari y xirulagile suletino. Aquel músico acompañó con el tamburín al grupo de dantzaris de las mascaradas de Atharratze en la Exposición de Agricultura y Ganadería que se llevó a cabo en Donostia en septiembre de 1923. El museo adquirió la pieza aquel año; pagó 20 pesetas.

Esta xirula está afinada en torno a la tonalidad do, con escala especial.

DIMENSIONES

Longitud: 305 mm.

Diámetro exterior: 20 mm.

Diámetro interior: 12 mm.

Donostiako San Telmo Museoko 3402 katalogo zenbakia duen xirula, Lexarduartek egina. (Arg.: JMBA)

Xirula con número de catalogación 3402 del Museo San Telmo de Donostia, hecha por Lexarduart. (Fot.: JMBA)

 

AFINACIÓN

NOTA DE LA XIRULA

NOTA REAL
La2 La7 +10 cent
Sol2

Sol7 +20 cent

Fa#2 Fa#7 -10 cent

Fa2

Fa7 +30 cent

Mi2

Mi7 -20 cent
Re2 Re7 +20 cent
Do2 Do#7 -45 cent
Si1 Si6 -15 cent
La1 La6 -5 cent
Sol1 Sol6 +5 cent
Fa1 Fa6 +35 cent
Mi1 Mi6 ±00 cent
Re1 Re6 -5 cent

XIRULA (colección del doctor Rudolf Trebitsch, ÖMV/REF. 33444)

Entre las colecciones del Volkskundemuseum de Viena (Austria) se encuentra la Baskische Sammlung des Herrn Dr. Rudolf Trebitsch aus Nordspanien und Südfrankreich (colección vasca del doctor Rudolf Trebitsch, de la zona norte de España y de la zona sur de Francia). Este material lo recopiló en el viaje que realizó por el País Vasco en el año 1913.

Una de las piezas de esta colección es una xirula (ÖMV/ref. 33444). Teniendo en cuenta la época, el aspecto y la estructura, creemos que es una flauta hecha por el propio Pierre Onnainty Lexarduart.

Volkskundemuseum-eko bilduman ÖMV/33444 erreferentzia duen xirula. (Arg.: Volkskundemuseum Wien)

Xirula con referencia ÖMV/33444 de la colección del Volkskundemuseum. (Fot.: Volkskundemuseum Wien)

XIRULA DE PIERRE CAUBET

Pierre Caubet, cantante y txanbelari de Lakarri (Zuberoa), tenía una preciosa xirula. Por su aspecto, parecía obra de Lexarduart. Esta pieza se encuentra en la sede de los Gaiteros de Pamplona, puesto que Caubet quiso dejársela a este grupo, junto con algunas txanbelas.

Pierre Caubetek zeukan xirula, ustez Lexarduartek egina. (Arg.: JMBA)

Xirula propiedad de Pierre Caubet, fabricada, supuestamente, por Lexarduart. (Fot.: JMBA)

XIRULA (MUSEO SAN TELMO, Nº 3511)

El Museo San Telmo de Donostia adquirió esta xirula en 192660. No hemos encontrado información sobre el origen ni el fabricante del instrumento. Por su forma, se cree que se trata de una xirula suletina. Aparte de la lámina de metal con bisel, toda la flauta está hecha de madera de boj.

Esta xirula está afinada en torno a la tonalidad si, con escala especial.

DIMENSIONES

Longitud: 320 mm.

Diámetro exterior: 20 - 26 mm.

Diámetro interior: 10,5 mm.

Donostiako San Telmo Museoko bilduman 3511 katalogo zenbakia duen xirula. (Arg.: JMBA)

Xirula con número de catalogación 3511 de la colección del Museo San Telmo de Donostia. (Fot.: JMBA)

 

AFINACIÓN

NOTA DE LA XIRULA

NOTA REAL
La2 Sol#7 ±00 cent
Sol2

Fa#7 ±00 cent

Fa#2 Fa7 -15 cent

Fa2

Mi7 +20 cent

Mi2

Re#7 -20 cent
Re2 (los tres agujeros cubiertos) Do#7 -10 cent
Re2 (los tres agujeros abiertos) Do#7 -10 cent
Do2 Si6 +30 cent
Si1 La#6 ±00 cent
La1 Sol#6 +25 cent
Sol1 Fa#6 +20 cent
Fa1 Mi6 +10 cent
Mi1 Re6 +30 cent
Re1 Do6 +40 cent

XIRULA PIERRE ERREKALT (COLECCIÓN JMBA, Nº 199)

Pierre Errekalt, natural del pueblo suletino de Lakarri (1924-1985), fue uno de los fabricantes de ttunttun, xirula y txanbela más conocidos a partir de la mitad del siglo XX. Sus instrumentos han servido de modelo a los nuevos fabricantes.

En la Colección JMBA de Soinuenea hay varias xirulas hechas por P. Errekalt, entre ellas la número 199 del catálogo, que presentamos aquí. Aparte de la boquilla de metal y de los protectores hechos de cuerno que lleva en ambos extremos, toda la flauta está fabricada con madera de boj.

Esta xirula está afinada en torno a la tonalidad do, con escala especial.

DIMENSIONES

Longitud: 300 mm.

Diámetro exterior pequeño: 19 mm.

Diámetro exterior grande: 23 mm.

Diámetro interior: 10 mm.

JMBA bildumako 199 katalogo zenbakia duen xirula, P. Errekaltek egina. (Arg.: O. Zapirain - Soinuenea)

Xirula con número de catalogación 199 de la colección JMBA, hecha por P. Errekalt. (Fot.: O. Zapirain - Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DE LA XIRULA

NOTA REAL
La2 La7 +30 cent
Sol2

Sol7 +30 cent

Fa#2 Fa#7 ±00 cent

Fa2

Fa7 +20 cent

Mi2

Re#7 +50 cent
Re2 (los tres agujeros cubiertos) Re7 ±00 cent
Re2 (los tres agujeros abiertos) Re7 ±00 cent
Do2 Do7 +30 cent
Si1 Si6 -20 cent
La1 La6 +50 cent
Sol1 Sol6 +30 cent
Fa1 Fa6 +40 cent
Mi1 Mi6 -40 cent
Re1 Re6 -50 cent

XIRULA MARCEL GASTELLU (COLECCIÓN JMBA, Nº 847)

Aunque viviera en Tarbes (Occitania), Marcel Gastellu-Etchegorry nació en Audaux (Biarno) en 1932, en el seno de una familia de origen suletino. Entre otros instrumentos, fabricaba xirulas, ttunttunes y xirolarrus o cornamusas. Las xirulas de M. Gastellu han sido conocidas en todo el País Vasco, así como en las tierras de Aquitania. Esta pieza está hecha por completo con madera de boj.

Esta xirula está afinada en torno a la tonalidad do, con escala especial.

DIMENSIONES

Longitud: 307 mm.

Diámetro exterior pequeño: 17,5 mm.

Diámetro exterior grande: 24 mm.

Diámetro interior: 10 mm.

JMBA bildumako 847 katalogo zenbakia duen xirula, M. Gastelluk egina. (Arg.: O. Zapirain - Soinuenea)

Xirula con número de catalogación 847 de la colección JMBA, hecha por M. Gastellu. (Fot.: O. Zapirain - Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DE LA XIRULA

NOTA REAL
La2 La7 +10 cent
Sol2

Sol7 +20 cent

Fa#2 Fa#7 ±00 cent

Fa2

ez du ematen

Mi2

Mi7 -40 cent
Re2 (los tres agujeros cubiertos) Re7 -10 cent
Re2 (los tres agujero abiertos) Re7 +10 cent
Do2 Do#7 -50 cent
Si1 Si6 -30 cent
La1 La6 -20 cent
Sol1 Sol6 +20 cent
Fa1 Fa#6 +30 cent
Mi1 Mi6 -30 cent
Re1 Re6 -40 cent

SILBOTES

SILBOTE (COLECCIÓN MÚSICA PARA VER, Nº 2018)

Los creadores de la colección Música para ver, José Luis Loidi y Lurdes Yarza, adquirieron este silbote en una tienda de antigüedades de Bilbao en el año 2018. Es una pieza de ébano hecha en dos partes. No sabemos quién lo fabricó ni de cuándo puede ser, pero teniendo en cuenta su aspecto y forma, creemos que puede ser del siglo XIX.

Este silbote está afinado en torno a la tonalidad si, con escala especial.

Música para ver bildumako 2018 zenbakia duen silbotea. (Arg.: JMBA)Música para ver bildumako 2018 zenbakia duen silbotea. (Arg.: JMBA)

Silbote con número 2018 de la colección Música para ver. (Fot.: JMBA)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL SILBOTE

NOTA REAL
La2 Sol#6 +30 cent
Sol2 Fa#6 +10 cent
Fa2 Mi6 +30 cent
Mi2 Re#6 ±00 cent
Re2 Do#6 +35 cent
Do2 Do6 -40 cent
Si1 La#5 +30 cent
La1 Sol#5 +40 cent
Sol1 Fa#5 +25 cent
Fa1 Fa5 -30 cent
Mi1 Re#5 +30 cent
Re1 Do#5 +40 cent

SILBOTE (COLECCIÓN DEL DOCTOR RUDOLF TREBITSCH, ÖMV/REF. 33442)

Ya hemos mencionado que entre las colecciones del Volkskundemuseum de Viena (Austria) se encuentra la Baskische Sammlung des Herrn Dr. Rudolf Trebitsch aus Nordspanien und Südfrankreich (colección vasca del doctor Rudolf Trebitsch, de la zona norte de España y de la zona sur de Francia). Este silbote es una de las piezas de dicha colección (ÖMV/ref. 33442).

En la ficha de Trebitsch (nº 254) dice lo siguiente:

Txistu grande […] silbote, vasco: txistu (grueso) [...]. Se desmonta por la mitad. Tiene embocadura. Tolosa, Gipuzkoa, España.

3 agujeros para digitación. Lo toca uno de los cuatro tamborileros. Se trata de una banda musical de cuatro personas empleada por el estado, que se puede encontrar en la mayoría de las ciudades del País Vasco de España.

Trebitsch Kartei Nr. 254: Grosse Pfeife span: silvote, bask: chistu (lodia) silbote. In der Mitte zerlegbar. Mit Mundstück. Tolosa, Guipuzcoa, Spanien.

Hat 3 Fingerlöcher. Wird von einem der 4 Tamborilleros gespielt. Es ist dies eine von der Stadt aufstellte aus 4 Leuten bestehende. Kapelle, wie zu sich in den meisten Städten des spanischen Baskenlandes findet.

Trebisch lo sitúa en Tolosa en el siglo XIX, y teniendo en cuenta que entre las sesiones de grabaciones que llevó a cabo el científico austríaco se encontraba la de la banda de txistularis contratada por el Ayuntamiento de Tolosa, se puede pensar que consiguió el instrumento mediante aquellos.

En la información de la ficha del museo se puede leer lo siguiente:

DIMENSIONES

Longitud: 62,5 cm.

Diámetro: 3,5-2,7 cm.

Fecha de fabricación: siglo XIX.

Descripción: tubo formado en dos partes.

Volkskundemuseum-eko bilduman ÖMV/33442 erreferentzia duen silbotea. Ikus daitekeenez, silbotea muntatzerakoan bi zatiak gaizki jarri ziren. (Arg.: Volkskundemuseum Wien)

Silbote de referencia ÖMV/33442 del Volkskundemuseum. Como se puede observar, al montar el silbote las dos piezas se colocaron mal. (Fot.: Volkskundemuseum Wien)

SILBOTE (COLECCIÓN JMBA, Nº 1252)

Este silbote era de Juan Iruretagoiena. Aunque nació en Santiago de Chile (1913), vino de niño a Zarautz (Gipuzkoa) y posteriormente estudió en el colegio de Lekaroz (Navarra), donde conoció al padre capuchino y txistulari Hilario Olazarán. Se hicieron muy amigos y fue él quien le dio este instrumento.

Se trata de un silbote común de ébano hecho en dos partes, afinado en si natural y que ofrece una escala especial.

DIMENSIONES

Longitud (total): 632 mm.

Longitud (tubo de madera): 618 mm.

Diámetro exterior pequeño: 26,5 mm.

Diámetro exterior grande: 37,5 mm.

Diámetro interior: 16,5 mm.

JMBA bildumako 1252 zenbakia duen silbotea. (Arg.: O. Zapirain - Soinuenea)

Silbote número 1252 de la colección JMBA. (Fot.: O. Zapirain - Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL SILBOTE

NOTA REAL
La2 Sol#6 +20 cent
Sol2 Fa#6 -20 cent
Fa2 Mi6 -20 cent
Mi2 Re#6 -20 cent
Re2 Do#6 +20 cent
Do2 Si6 +40 cent
Si1 La#5 +20 cent
La1 Sol#5 +20 cent
Sol1 Fa#5 +30 cent
Fa1 Fa5 -50 cent
Mi1 Re#5 +40 cent
Re1 Do#5 +20 cent

Silbotes de dos y tres tonalidades

Ya antes hemos mencionado que cuando en la década de 1970 entre los txistularis se extendió la tendencia de emplear afinaciones fa y fa# comenzaron a fabricarse txistus de tres piezas para esas dos afinaciones y que después se le añadió una cuarta pieza para la tonalidad de sol. Sucedió lo mismo con los silbotes.

Este silbote lo hizo el amurrioarra José Gancedo (1924-2021) en la década de 1980. Consta de cuatro partes en tonalidades sib, si y do. Es la pieza número 231 de la colección JMBA.

Gancedo silbotea, JMBA bildumako 231 zenbakia duena. (Arg.: O. Zapirian - Soinuenea)Gancedo silbotea, JMBA bildumako 231 zenbakia duena. (Arg.: O. Zapirian - Soinuenea)

Silbote Gancedo, pieza nº 231 de la colección JMBA. (Fot.: O. Zapirian - Soinuenea)

TXISTU TXIKI, TXILIBITU, TXISTU BAJO Y SILBOTE BAJO. LA FAMILIA INSTRUMENTAL DEL TXISTU

En la década de 1970, en torno a la escuela de txistu del Conservatorio Municipal de Música de Donostia surgió un proyecto llamado Grupo Experimental de Txistu de San Sebastián, dirigido por el txistulari Javier Hernández Arsuaga61 (ver apartado Txistu: historia).

Con el fin de conseguir una orquestación más rica, a los txistus de dos tonalidades que se conocían y empleaban hasta entonces en las bandas de txistularis se les sumaron txistus hechos en otras cuatro, sumando un total de seis. De la fabricación de los nuevos prototipos de txistus solicitados por el grupo experimental se encargó el intérprete y fabricante de txistus Martín Rodríguez Miranda: al txistu alto (similar a la xirula) lo denominaron txilibitu; al txistu más alto, txistu txiki, y a los txistus más graves que el silbote, txistu handi (o txistu bajo) y silbote handi (o silbote bajo), respectivamente.

Aunque aquel proyecto no tuvo una trayectoria muy larga, algunos años más tarde, a principios del siglo XXI, la asociación Silboberri ha elaborado un txistu bajo que se le suma a las tonalidades que emplea el cuarteto clásico de txistularis, un nuevo prototipo afinado en una tonalidad más grave.

Ezkerretik eskuinera: Txistu-txiki (fa#), Txilibitu (si), Txistu (fa#), Silbote (si), Txistu haundi (fa#), Silbote haundi (si). (Iturria: Hernandez Arsuaga, 1977, 22. or.)

De izquierda a derecha: Txistu-txiki (fa#), Txilibitu (si), Txistu (fa#), Silbote (si), Txistu bajo (fa#), Silbote bajo (si). (Fuente: Hernandez Arsuaga, 1977, pág. 22)

OTROS PROTOTIPOS ANTIGUOS

Aunque desconocemos su extensión y su uso, además de los modelos estándar de flautas rectas de tres agujeros que hemos presentado, en épocas anteriores ha habido en nuestra tierra txistus o txilibitus de otras dimensiones y afinaciones. Vamos a describir algunos de ellos.

Para empezar, presentamos dos txistus antiguos afinados en tonalidad la: un txistu Ixkibo de Arantza y un txistu perteneciente al txistulari de Aritzakun.

Cabe tener en cuenta que se trata de una afinación intermedia entre la del txistu (fa) y la de la xirula (do). Son de la misma tonalidad algunas flautas de tres agujeros que se utilizaban en el valle bearnés de Ossau, cerca del País Vasco. Aunque no sabemos cuál sería su extensión exacta, ese dato nos hace pensar que esta afinación sería conocida antiguamente.

un antiguo txistu IXKIBO

Este txistu, obra del aranaztarra Juan Miguel Biurrarena, lo tocaba el txistulari oiartzuarra Felix Berasategi Zugarramurdi (1866-1927)62. Es una pieza hecha en Ixkibo, Arantza. Fabricada con madera de boj, es más pequeño que los txistus habituales de hoy en día.

Como se puede observar en la medición de la afinación, se trata de un txistu en tonalidad la.

DIMENSIONES

Longitud (total): 358 mm.

Longitud (tubo de madera): 352 mm.

Diámetro exterior pequeño: 17,5 mm.

Diámetro exterior grande: 25 mm.

Diámetro interior: 10 mm.

Juan Migel Biurrarena Ixkibo txistugileak la tonalitatean egindako txistu txikia. (Arg.: O. Zapirain - Soinuenea)

Txistu pequeño hecho por Juan Miguel Biurrarena Ixkibo en tonalidad la. (Fot.: O. Zapirain - Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2

Mi7 -20 cent

Fa#2 Re#7 +20 cent

Fa2

Re7 -50 cent

Mi2

Do7 +50 cent
Re2 (los tres agujeros cubiertos) Si6 -20 cent
Re2 (los tres agujeros abiertos) Sib6 +50 cent
Do2 La6 ±00 cent
Si1 Sol6 +30 cent
La1 Fa#6 -20 cent
Sol1 Mi6 ±00 cent
Fa1 Re6 +10 cent
Mi1 Do6 +50 cent
Re1 Si5 ±00 cent

TXISTU DE ARITZAKUN

El barrio Aritzakun se encuentra en Baztan (Navarra), en tierras de Arizkun, pero mirando hacia Baja Navarra, en la parte de Gorramendi. Allí nació Juan Agerrebete Etxeberria (1894-1987), que vivió en Erratzu: era agricultor, carpintero y también xistulari, como dicen allí. El txilibitu o txistu que utilizaba estaba hecho de saúco63. La particularidad principal de este txistu es su tonalidad: como el txistu Ixkibo de Arantza, también este está afinado en tonalidad la.

DIMENSIONES

Longitud (total): 358 mm.

Longitud (tubo de madera): 352 mm.

Diámetro exterior pequeño: 17,5 mm.

Diámetro exterior grande: 25 mm.

Diámetro interior: 10 mm.

Intsusaz egindako Juan Agerrebeteren txistua. (Arg: O. Zapirain – Soinuenea)

Txistu de saúco de Juan Agerrebete. (Fot.: O. Zapirain – Soinuenea)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2

Mi7 -20 cent

Fa#2 Re#7 -40 cent

Fa2

Re7 ±00 cent

Mi2

Do7 +10 cent
Re2 (los tres agujeros cubiertos) Si6 +60 cent
Re2 (los tres agujeros abiertos) Sib6 +50 cent
Do2 La6 -20 cent
Si1 Sol6 +15 cent
La1 Fa#6 -30 cent
Sol1 Mi6 ±00 cent
Fa#1 Re#6 +50 cent
Fa1 Re6 +30 cent
Mi1 Do6 +50 cent
Re1 Si5 ±00 cent

TXILIBITU DEL CASERÍO ARRIKRUTZ DE OÑATI

Esta flauta recta de tres agujeros apareció en el caserío Arrikrutz del barrio de Arantzazu de Oñati (Gipuzkoa)64. Aunque no sabemos de cuándo puede ser, teniendo en cuenta el aspecto y el estado de la madera, parece anterior al siglo XX.

Observando la factura, se puede afirmar que esta flauta es un instrumento, y no un juguete sonoro. Está hecho de madera de boj, bien torneado, y la embocadura también está bien hecha.

Dado que estaba en un estado dereriorado, al medir la afinación no se le pudo sacar toda la escala. Al parecer, la flauta está afinada en tonalidad fa, aproximadamente una octava más alta que los txistus comunes actuales. No sabemos si habría muchos txilibitus afinados en esta tonalidad o si se trata de un caso aislado.

Arrikrutzeko txilibitua. (Arg: M. Irizar)

Txilibitu de Arrikrutz. (Fot.: M. Irizar)

Arrikrutzeko txilibituaren planoa, neurriekin. (Planoa: F. Jalón)

Plano con medidas del txilibitu de Arrikrutz. (Plano: F. Jalón)

 

AFINACIÓN

NOTA DEL TXISTU

NOTA REAL
Sol2

No la da

Fa2

No la da

Mi2

No la da
Re2 Sol#7 ±00 cent
Do2 Fa#7 ±00 cent
Si1 Fa7 -20 cent
La1 Re#7 +50 cent
Sol1 Do#7 ±00 cent
Fa1 Si6 +45 cent
Mi1 La#6 -40 cent
Re1 La6 -30 cent

ICONOGRAFÍA65

Araba-Álava

ARTZINIEGA

SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE LA ENCINA

En el Santuario de la Virgen de la Encina de Artziniega, que data del siglo XVI, se puede ver un pastor tamborilero en la mitad de la escena de la Anunciación de los pastores que aparece en la parte izquierda del tercer cuerpo de la primera calle del retablo principal.

Artzain danbolinteroa, Arteko Ama Birjinaren Santutegiko erretaula nagusian. (Arg: E.X. Dueñas)

Artzain danbolinteroa, Arteko Ama Birjinaren Santutegiko erretaula nagusian. (Arg: E.X. Dueñas)

Artzain danbolinteroa, Arteko Ama Birjinaren Santutegiko erretaula nagusian. (Arg: E.X. Dueñas)

Pastor tamborilero, en el retablo principal del Santuario de Nuestra Señora de la Encina. (Fot.: E. X. Dueñas)

VITORIA-GASTEIZ

CATEDRAL DE SANTA MARÍA

En la antigua entrada principal de la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz aparecen muchos músicos; entre ellos, dos tamborileros.

Uno de ellos está situado en el cuarto piso del tímpano de la portada central del pórtico de la iglesia, donde en la escena de la Coronación de la Virgen se pueden ver cuatro ángeles músicos: en la parte izquierda tocan el xirolarru o cornamusa y algo parecido al laúd, y en la parte derecha, la cítara, o salterio, y el tamboril.

Si nos fijamos en cómo agarra el tambor, podemos pensar que la imagen del tamborilero ha perdido el brazo izquierdo y con él la flauta.

Aingeru danbolinteroa Ama Birjinaren koroatzearen eszenan. (Arg: JMBA)

Aingeru danbolinteroa Ama Birjinaren koroatzearen eszenan. (Arg: JMBA)

Ángel tamborilero en la escena de la Coronación de la Virgen. (Fot.: JMBA)

El otro tamborilero aparece en la portada izquierda del mismo pórtico. En las dos arquivoltas de la portada vemos varios ángeles músicos y entre ellos, en la parte superior de la arquivolta interna, aparece un tamborilero.

Katedraleko portada nagusiko arkiboltan dagoen aingeru danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Katedraleko portada nagusiko arkiboltan dagoen aingeru danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Ángel tamborilero de la arquivolta de la portada principal de la catedral. (Fot.: JMBA)

TUESTA

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN

Tuesta es un pueblo del municipio de Valdegovía, situado en la Cuadrilla de Añana. En su Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de los siglos XIII-XIV, entre los personajes representados en la entrada, hay una pareja de músicos formada por un intérprete de cornamusa y un tamborilero. En las demás arquivoltas del pórtico hay más músicos.

Los personajes que aparecen en esa arquivolta están emparejados y agrupados por temas, y hay una pareja en cada piedra. En el caso de los músicos, es curioso e interesante ver que el intérprete de cornamusa y el tamborilero forman pareja. En nuestra iconografía, estos músicos aparecen juntos en muchas ocasiones. Los dos solos conforman grupo: las flautas y los oboes darían la melodía, la base correría a cargo del tubo que hace las veces de bordón y el tambor marcaría el ritmo.

Xirolarru jolea eta danbolinteroa Tuestako elizako portadan. (Arg.: JMBA)

Xirolarru jolea eta danbolinteroa Tuestako elizako portadan. (Arg.: JMBA)

Intérprete de cornamusa y tamborilero en la portada de la iglesia de Tuesta. (Fot.: JMBA)

Bizkaia

BUSTURIA

IGLESIA DE SANTA MARÍA

La iglesia de Santa María de Busturia es del siglo XVI. En su iconografía aparecen varios músicos, entre ellos este tamborilero que toca la flauta recta de una mano y el tambor de cuerda.

Flauta eta harizko danbor jolea Santa Maria parrokian (Arg: E.X. Dueñas - JMBA)

Flauta eta harizko danbor jolea Santa Maria parrokian (Arg: E.X. Dueñas - JMBA)

Intérprete de flauta y tambor de cuerda en la parroquia de Santa María. (Fot.: E. X. Dueñas - JMBA)

LEKEITIO

IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN

La Iglesia de la Asunción de Santa María, conocida como la Basílica de Lekeitio, es una construcción de estilo gótico tardío finalizada a finales del siglo XV.

En la cornisa de ángeles que hay debajo de la ventana frontal principal, vemos un tamborilero entre los ángeles músicos.

Lekeitioko Andre Mariaren Jasokundearen elizako fatxadako soinularien artean aingeru danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Lekeitioko Andre Mariaren Jasokundearen elizako fatxadako soinularien artean aingeru danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Ángel tamborilero que aparece entre los músicos de la fachada de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Lekeitio. (Fot.: JMBA)

Aparecen el laúd, el rabel, la trompeta, el arpa, el tamboril, el zarrabete, el serpentón, la flauta y lo que puede ser un pandero u otro zarrabete, y todos los instrumentistas están representados tocando.

Dentro de la iglesia, en la escena de la Anunciación de los pastores, situada en el segundo piso de la primera calle del retablo principal, hay tres músicos. Los tres están tocando, ambientando la escena: uno es tamborilero; otro toca una flauta de una mano, y el otro la cornamusa.

Danbolinteroa, xirolarru jolea eta esku bateko flauta jolea erretaula nagusiko Artzainen anuntziazioa eszenan. (Arg: E.X. Dueñas - JMBA)

Tamborilero, intérprete de cornamusa y flauta de una mano en la escena de la Anunciación de los pastores del retablo principal. (Fot.: E. X. Dueñas - JMBA)

Danbolinteroa, xirolarru jolea eta esku bateko flauta jolea erretaula nagusiko Artzainen anuntziazioa eszenan. (Arg: E.X. Dueñas - JMBA)

Tamborilero en la escena de la Anunciación de los pastores del retablo principal. (Fot.: E. X. Dueñas - JMBA)

Danbolinteroa, xirolarru jolea eta esku bateko flauta jolea erretaula nagusiko Artzainen anuntziazioa eszenan. (Arg: E.X. Dueñas - JMBA)

Intérprete de flauta de una mano en la escena de la Anunciación de los pastores del retablo principal. (Fot.: E. X. Dueñas - JMBA)

En la escena de la Virgen con el niño, situada en la segunda planta de la calle central del retablo principal, aparece un músico tocando una flauta recta de una mano y un tambor de cuerda. El tambor lo toca con un palo que lleva sujeto en la mano derecha y la flauta, con la mano izquierda. En la flauta de la imagen solo se ha conservado la parte inferior por la que se sujeta el instrumento.

Esku bateko flauta eta harizko danbor-jolea erretaulan. (Arg: E.X. Dueñas-JMBA)

Músico tocando la flauta de una mano y el tambor de cuerda en el retablo. (Fot.: E. X. Dueñas-JMBA)

ZIORTZA-BOLIBAR

En el caserío Lexartza-txiki del barrio de Arta de Ziortza-Bolibar, en los laterales de piedra que tiene la ventana de la parte central de la fachada, aparecen dos imágenes humanas; una de ellas parece estar bailando y la otra tocando una flauta de una mano. Lexartza fue alojamiento del Camino de Santiago, lo cual queda claro con las conchas de peregrino que aparecen en la decoración de la ventana.

Flauta eta harizko danbor jolea Santa Maria parrokian. (Arg: E.X. Dueñas - JMBA)

Flauta eta harizko danbor jolea Santa Maria parrokian. (Arg: E.X. Dueñas - JMBA)

Músico tocando la flauta de una mano en la fachada del caserío Lexartza-txiki. (Fot.: E. X. Dueñas - JMBA)

Lapurdi

BAIONA

SANTA MARIA KATEDRALA

En la rica iconografía de la catedral de Bayona, están representados muchos músicos diferentes tanto fuera como dentro. En el interior se conservan las únicas esculturas de músicos del siglo XIII del País Vasco: están situadas en la portada doble de la sacristía de estilo gótico que parecía la entrada al claustro. En las dos arquivoltas de la portada izquierda aparece un hermoso e importante grupo de ángeles músicos. Se trata de catorce músicos tocando instrumentos de cuerda frotados y pulsados, un pandero cuadrado, instrumentos de percusión y varios instrumentos de viento.

En las arquivoltas exteriores hay ocho músicos. De izquierda a derecha: un percusionista con címbalos pequeños, un intérprete de cornamusa, un intérprete de zarrabete, un músico que toca una flauta de una mano y castañuelas, un músico que toca un pandero cuadrado, otro con un órgano portativo, un laudista y un citarista66.

En la arquivolta interior hay seis músicos. De izquierda a derecha: un rabelista, un intérprete de mandolina, un tamborilero con flauta de una mano y tamboril, un arpista, un intérprete de rabel o bandurria y un músico que toca un instrumento de viento con tres tubos.

La mayoría de estos instrumentos se utilizaban en la música vasca de la época y algunos de ellos, como el tamboril, se han conservado hasta la actualidad.

Goian esku bateko flauta eta kaskaineta jolea eta azpian flauta eta danbolin jolea. (Arg: JMBA)

Arriba, músico con flauta y castañuela; abajo, músico con flauta y tamboril. (Fot.: JMBA)

Kanpoko arkiboltan esku bateko flauta eta kaskaineta jotzen dituen musikaria. (Arg: JMBA)

Músico tocando la flauta de una mano y castañuelas en la arquivolta exterior. (Fot.: JMBA)

Barruko arkiboltan esku bateko flauta eta danbolina jotzen dituen danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Tamborilero con flauta de una mano y tamboril en la arquivolta interior. (Fot.: JMBA)

Navarra

PAMPLONA

CATEDRAL DE SANTA MARÍA

La Catedral de Santa María de Pamplona es una catedral gótica construida en la Parte Vieja de la capital navarra en el siglo XIV. En su iconografía encontramos las imágenes de tres tamborileros, sobre los cuales el padre Hilario Olazarán de Estella afirma que el músico txistulari debió de ser muy popular en la Pamplona medieval para que los escultores de su catedral adornaran tan bellamente con tamborileros las escenas de sus muros y capiteles67.

En uno de los capiteles de la crujía de la parte norte del claustro, aparece un tamborilero entre dos trompetistas. Sobre ello, el padre Olazarán escribió:

En la crujía norte, edificada por el obispo Barbazán a fines del siglo XIV, hay un capitel, que según los técnicos representa las bodas de doña Juana de Navarra con don Felipe d’Evreux. Rodean a los reales esposos grupos de caballeros armados cabalgando en adornados caballos y escudos de nobleza, entre los que sobresale uno bellísimo de Navarra. En medio del capitel y de dos trompeteros sonando sus largas trompetas, ornadas con heráldicos paños colgantes, un txistulari de larga túnica y manto, cubierto con un capucho, festeja las reales nupcias tocando su flauta y tambor68.

He aquí lo que escribió Eukene Martínez Lagos sobre esta escena:

Segunda escena. El torneo. En la sexta pilastra del muro exterior (claustro crujía norte) el capitel presenta una magnífica escena que parece representar el mundo de los torneos y las justas. La escena está completa y abarca todo el espacio disponible. Además, y debido a su buen estado de conservación, se puede identificar con cierto rigor69.

Como se ve, los autores no coinciden en la interpretación de la escena.

Klaustroaren iparraldeko hormako torneoko kapiteleko musikariak; erdian danbolinteroa. (Arg: J. I. Larraioz)

Músicos del capitel del torneo de la pared norte del claustro; en medio, un tamborilero. (Fot.: J. I. Larraioz)

En otro capitel del mismo claustro, aparece una sokadantza dirigida por dos músicos. En la parte delantera aparece un rabelista y en la parte trasera un tamborilero. El rabelista y el tamborilero aparecen juntos con frecuencia tanto en la iconografía como en documentos antiguos.

Sokadantza, danbolinteroa eta arrabita jolearekin. (Arg: JMBA)

Sokadantza, danbolinteroa eta arrabita jolearekin. (Arg: JMBA)

Sokadantza con tamborilero y rabelista. (Fot.: JMBA)

En la puerta interior del comedor (refectorium), en los dos huecos superiores del arco, hay dos centauros músicos. El de la izquierda es tamborilero: con la mano izquierda toca una flauta parecida al txistu y con la derecha, el tamboril. El de la derecha toca la campana de mano. En la parte derecha de esta portada hay otro centauro músico tocando la cornamusa.

Zentauro danbolinteroa jangelaren atean. (Arg.: JMBA)

Centauro tamborilero en la puerta del comedor. (Fot.: JMBA)

OLITE

IGLESIA DE SANTA MARÍA LA REAL

La fachada principal fue finalizada en torno al año 1300. Bajo el gran rosetón hay una amplia portada de ocho arquivoltas, y en su base derecha se pueden ver tres músicos: un intérprete de xirolarru, un rabelista y un tamborilero.

Oliteko Santa Maria elizako atari nagusiko hiru musikarien kokapena. (Arg: JMBA)

Posición de los tres músicos de la portada principal de la iglesia de Santa María de Olite. (Fot.: JMBA)

Estas imágenes están en muy mal estado: a las tres les falta la cabeza y las manos; el intérprete de cornamusa no conserva más que el odre del instrumento (inflado); el rabelista aparece sin arco y su instrumento no tiene mástil; el tamborilero solo conserva el tamboril. Por su postura, parece que los tres están representados tocando.

Dado que este conjunto aparece en la iconografía y la documentación de otros cuantos lugares, parece que se trata de un tipo de agrupación a tener en cuenta.

Oliteko Santa Maria elizako atari nagusiko hiru musikariak. (Arg: JMBA)

Los tres músicos de la portada principal de la iglesia de Santa María de Olite. (Fot.: JMBA)

Aunque este tamborilero haya perdido la flauta, se pueden observar algunas características del tamboril: la caja de resonancia tiene forma baja y la cuerda para tensar las membranas aparece en zigzag, con el mismo sistema que se emplea hoy en día. Como se puede ver, coloca el tamboril sobre el brazo y tiene un cinturón de cuero para sujetarlo.

Oliteko Santa Maria elizako atari nagusiko danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Tamborilero de la portada principal de la iglesia de Santa María de Olite. (Fot.: JMBA)

ÓRIZ (NOÁIN, VALLE DE ELORZ)

PALACIO DE ÓRIZ

Entre los hermosos murales del Palacio de Óriz hay uno llamado Friso de los niños danzantes, en el que aparece un grupo de niños bailando, unidos por manos y telas. Entre los músicos hay tres tamborileros: uno toca la flauta y el tamboril; otro forma dúo con un trompetista (sobre un juguete que parece un potro), y el tercero toca la flauta y el ttunttun (tambor de cuerda). Además de estos músicos, en ese friso también aparece otro que puede ser un intérprete de pandero.

Este friso renacentista del Palacio de Óriz es del siglo XVI, aproximadamente del año 1550, y es obra de Juan de Goñi y Miguel de Tarragona.

Haur dantzarien frisoaren zati bat. (Iturria: Museo de Navarra, Pamplona)

Parte del friso de los niños danzantes. (Fuente: Museo de Navarra, Pamplona)

Oritz Jauregiko horma irudiko haur danbolinteroa flauta eta danbolina jotzen. (Iturria: Olazaran, 1970, 33. or.)

Niño tamborilero del mural del Palacio de Óriz, tocando la flauta y el tamboril. (Fuente: Olazaran, 1970, pág. 33)

CARCASTILLO

MONASTERIO DE LA OLIVA

En el Monasterio de la Oliva de Carcastillo, obra del siglo XII, en la fachada principal, aparecen varios personajes en los modillones de las cornisas que hay sobre la entrada. Aunque el monasterio sea del siglo XII, el pórtico es gótico, del siglo XIII. Sin embargo, algunos investigadores creen que esta cornisa con iconografía excepcional es más antigua que la portada y que ya estaba colocada cuando hicieron la fachada.

Entre los personajes que aparecen en los modillones de la cornisa hay varios músicos: un tamborilero, un intérprete de cornamusa, un trompetista, un albokari y un rabelista.

Olibako Monasterioko danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Olibako Monasterioko danbolinteroa. (Arg: JMBA)

Tamborilero del Monasterio de la Oliva. (Fot.: JMBA)

 

 

REFERENCIAS

1 Aunque al silbote a menudo se le llame bajo, si el txistu es de tesitura alta, un silbote afinado a distancia de una quinta inferior sería un instrumento tenor (Hernández Arsuaga, 1988).

2 El Grupo Experimental de Txistu nació en 1970. El director del grupo, Javier Hernández Arsuaga, presentó los nuevos instrumentos en el folleto La familia instrumental del txistu (Hernández Arsuaga, 1977).

3 El txistulari Aitor Amilibia y el profesor de acústica Jesús Alonso comenzaron a investigar sobre la afinación del txistu en la década de 1990 y obtuvieron mejoras evidentes. Siguiendo con aquellas investigaciones, Aitor Amilibia e Iñaki Imatz crearon los primeros txistus bajos en el año 2014 (Amilibia, 2000).

4

Acompañando al silbo (txistu) cuando se toca en parajes descubiertos ... tambor que sirve para marcar el movimiento ... muy mal efecto a los oidos acostumbrados ... desentonados bien que ayuda al ... naturales del Pais hechos a aquel. Pero si toca en sitios cerrados, entonces sustituye al tambor una especie de salterio quadrilongo con seis cuerdas (el tambor de los franceses) al que llaman Chunchun. Las 6 cuerdas se templan en quintas ... puente movedizo se suben o bajan a un tiempo ... la entonación en que se toca. El mismo que toca el silvo con la mano izquierda, sacude con una varita que tiene en la derecha las cuerdas del Chunchun, que entonces forma un bajo continuo al canto, bastante apagado para no ofuscarlo. (A. Donostia, 1994, pág. 1535)

5 Para conocer otras denominaciones y variantes, consultar en la entrada Xirula de esta enciclopedia los apuntes sobre los nombres de este instrumento.

6

Para tocar su música se sirven los Vascongados de una especie de flauta dulce, que llaman Chilivituba, y en Español silvo: tiene solo tres agujeros para formar los tonos, y con su ayuda abraza dos octavas de extensión, empezando por el Cesolfaut mas grave de la flauta comun. La primera decima de su diapason, es bastante agradable; pero los tonos mas agudos, son, ademas de dificiles de sacar bien, poco gratos.

Segun la naturaleza de este instrumento cuando se quiere emplearlo en Orquesta se templa su primer Delasolre, con el Alamirre del vilolín, de modo que su parte debe estar escrita en la entonación de un sostenido menos, o un bemol mas que los violines. (A. Donostia, 1994, pág. 1535)

7 Iztueta, 1968.

8 Según Mikel Aranburu, es en el siglo XIX cuando se emplea por vez primera la palabra txistu para hacer referencia a este instrumento, y aparece sobre todo en Gipuzkoa (Aranburu, 2008, pág. 84). Sin embargo, estos datos todavía están por recopilar.

9 En la literatura vasca, fue Antonio Arzak quien empleó por primera vez la palabra txistu haciendo referencia a esta flauta en la traducción del cuento La leprosa de Juan Iturralde y Suit. Lo publicó en 1884, en el tomo X de la revista Euskal-Erria, bajo el título de Legenartsua. Dice así: “Mendien marmarizakiñ naasturik aize-bunbadak dakarzkite urrutian galtzen diran boza eta kanta penik gabeak, ujuju ta algara lasai pozez beteak, oekin elkar artzen dutela gero baño gero alderago entzuten diran txistu-ttunttun soñuak.” (Arzak, 1995, pág. 114).

10 Aranburu, 2008, pág. 89.

11 Sánchez Ekiza, 2005.

12 Ramos, 1990.

13 Las noticias más antiguas sobre este instrumento sonoro las podemos leer en lo que escribió Humboldt en 1801: “Para la música de varias partes, usan de otro silbo mayor, que está naturalmente en tono de Capilla” (A. Donostia, 1994, pág. 1535).

14 En el día de hoy no conocemos en toda Europa ningún testimonio iconográfico o literario que muestre a un sólo intérprete tocando la flauta de una mano y algún tipo de mebranófono (sic) o idiófono anterior a mediados del siglo XIII. (Sánchez Ekiza, 2005, pág. 32).

15 Olazarán de Estella, 1970.

16 Anglés, 1970.

17 Aranburu, 2005, pág. 113.

18 Donostia, 1952, pág. 66.

19 Donostia, 1952, págs. 68-69.

20 Rodríguez Suso, 1999, pág. 24.

21 Sánchez Ekiza, 1999.

22 Bagüés, 1990.

23 Ansorena, 2014.

24 Aranburu, 2008, pág. 153.

25 Rodríguez Ibabe, 1979a.

26 Aranburu, 2008, pág. 165.

27 Apezetxea, 1992.

28 Javier Etxeberria era gitano, como otros muchos tamborileros. Era uno de los pocos ttunttuneros que tocaba el txistu en los sanfermines de Pamplona, desde el año 1845 hasta su muerte en 1911; por eso era tan conocido en la capital navarra.

29 Al parecer, aquella nueva sección también gustó a Abadia, puesto que en los Juegos Florales que se celebraron en 1893 en Uztaritze también organizaron un concurso de xirula y ttunttun (Aranburu, 2008, pág. 169).

30 Dueñas, 2018.

31 Euskal Herriko Txistulari Elkartea, 1928-.

32 Garibay, 1928.

33 Ansorena Miranda, 1996, pág. 112.

34 Ansorena, d.g. y 1955.

35 Hernández Arsuaga, 1977.

36 Ansorena, 1978, 1982, 1983, 1985 y 1990.

37 Donostia, 1952, pág. 73-76.

38 Este salterio debió de sonar en Tudela en fiestas de los años 1532, 1565, 1580, según cuentas: “pagamos a dos salterios y hun rabiquete que tanyeron el día de San Pedro tres sueldos doze cornados (1532); a Juan Manrique y Francisco Planillo vezinos de Tarazona, la suma de dos ducados... vinieron con su atambor y salterio a regozijar los días y fiestas de Santa Ana y Señor San Pedro, como otros años se acostun bra hazer”(1565) (FRANCISCO FUENTES. La música religiosa y profana en Tudela, ibid., pág. 7, 10). (Donostia, 1952, pág. 74)

39 Ramos, 1990.

40 Como se puede ver en el apartado sobre iconografía, en Lekeitio y en Busturia hay testimonios de xirularis con ttunttun, por lo que cabe pensar que en cierta época este instrumento sería conocido en la parte occidental del País Vasco, aunque hoy por hoy no tenemos muchos más datos.

41 Itçaina, 2018a.

42 En 1656, por ejemplo, se nos una ceremonia elaborada para el día de San Sebastián en San Juan de Luz. Entre los gastos del ayuntamiento se recogen los siguientes (Itçaina, 2018a, pág. 3): “plus payé à la dame de Escorronia [sic] pour la despance que les danceurs firent chez elle le jour de saint Fabien et Saint Sébastien, que la communauté vint en corps chez nous et meme avant à l’église malgré moi pour prendre le rang de bayle, le peuple étant tout en armes: 130# / Plus au tambourin et viollon pour avoir sonné durant deux joeurs 12#”.

43 Eso se desprende de los datos recogidos por Itzaina (2018a, pág. 3): “En 1733, le mérin de la communauté paye «à Domingo le tambourin à la place pendant l’éte 12#» et «au fils de Miguelcho Cascarota pour le violon qu’il a joué 12#»”.

44 Itçaina, 2018b, pág. 48.

45 Los testimonios sobre los últimos xirularis de Lapurdi son del siglo XX (Itçaina, 2018b, pág. 49): en Itsasu, se oyeron sonidos de xirula y atabal en las fiestas de Bestaberri de 1907, pero en 1908 fueron sustituidos por el clarinete. Sin embargo, en 1930 todavía llamaban a un xirulari para acompañar la jauzi-dantza y la soka-dantza. Asimismo, en Makea, en las fiestas de Bestaberri de 1946 trajeron a Aguerre, xirulari natural de Lekorne, para tocar la música de los muxikos, porque la fanfarre no sabía interpretarla.

46 Sagaseta, 2011.

47 Bedaxagar, 2018.

48 Lakarri, 1872 – Bordele, 1938.

49 Lakarri, 1898 – Bretagne de Marsan, 1964.

50 Bedaxagar, 2018, pág. 33.

51 Liginaga 1901 – 1974.

52 Iruri, 1908 – Paue, 1979.

53 En 2021, el festival Xiru ha celebrado su 31ª edición.

54 Algunos tipos de flauta recta de tres agujeros.

55 Entrevistas realizadas por J.M. Beltran y J. Abascal a los hermanos Nazabal en su casa de Seña el 23/05/1998 y el 12/08/1998.

56 Beltran, 1997.

57 Dueñas, 2018.

58 Itçaina, 2018b, pág. 53.

59 Beltran, 1997.

60 Beltran, 1997.

61 Hernandez Arsuaga, 1977.

62 Lekuona Berasategi, 2000.

63 Esta información la recopilamos de la conversación que mantuvimos en 2007 en Oiartzun con Patxi Larralde, vecino de Arizkun:

Txistularia: Juan Agerrebete Etxeberria. Nekazaria, zurgiñe, xistularia. Eskalapoinak egiten zituen. Patrizia Elizetxe Dufurrena-rekin ezkondua. Igandetan eta festetan Aritzakunen jotzen zuen. Baita ere Untxideko Soroan (Erratzuko auzoa) ezkondu zelarik. Irazelaia etxean txistue harrapatu zuten. Doike (noski) txistularie han bizi izan zen eta gero Idaborroa etxean bizi izan zen. Txistularie erdi zurgiñe zen eta segur aski berak egin izanen zuen txistu hori. Intsusazkoa da ustez. Erraza husteko. Txistua segur aski berak egina zen.

64 Beltran, 2000.

65 Los tamborileros están muy presentes en las obras pictóricas del siglo XIX. Aquí no las hemos incluido.

66 Cítara de tipo salterio.

67 Olazarán de Estella, 1970, pág. 30.

68 Olazaran de Estella, 1970, pág. 27.

69 Martínez Lagos, 1992, pág. 536.


FUENTES

BibliografÍa

TXISTUA

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XIRULA

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DisCografÍa

TXISTUA

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LANDALUCE, TXISTULARIS HERMANOS & ELOLA, SR. (1930?). Iriyarena; Pasacalle; “Reina mora y Chimberiaisas”; Jota de dulzaina; Porrusalda [78 RPM]. AE 2469 Disco Gramófono. La voz de su amo.

LANDALUCE, TXISTULARIS HERMANOS & ELOLA, SR. (1929?). Bizkaitik; Pasacalle (Pamplonica); Vals de Variaciones; Contradanza [78 RPM]. AE 2470 Disco Gramófono. La voz de su amo.

LARRALDE, X., & SARRALDE, P. (1991). Baztango Folklorea [2CD]. IZ 361 D, IZ 362 D. L.G.: SS-342-1991, SS-341-1991.

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XIRULA

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BORDAZARRE ETXAHUN IRURI, P. (1972). Zuberoa 2 [LP]. Herrikoi musika sorta 6. HG 37 LP Edigsa/Herri Gogoa. L.G.: B 21293-1972.

BORDAZARRE ETXAHUN IRURI, P. & AGER GARAT-ARHANE, P. (1972). Zuberoko Maskarada [LP]. Herrikoi musika sorta 11. HG-49 L Edigsa/Herri Gogoa. L.G.: B-41421-1972.

ETXEKOPAR, M., LALUBIN, S., JOSUE, C., ETXEBEST, B. & ETXART, N. (1988). Xiberoko dantza jauziak 1: musique traditionelle instrumentale de Soule [K]. 7K. Uhaitza, Muskildi.

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TREBITSCH, R. (biltz.) (2003). The Collections of Rudolf Trebitsch. Basque recordings 1913 [2CD]. OEAW PHA CD 15 Österreichischen Akademie der Wissenschaften.

 

FilmografÍa

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CARO BAROJA, J. & P. (1971). Navarra. Las cuatro estaciones. Gobierno de Navarra. 1994.

(1979). Gipuzkoa. Gipuzkoa-Donostia Kutxa.

LARRUKERT, F. (1978). Euskal Herri-musika. Euskadiko filmategia.

Galería de imágenes

Vídeo

Audio

MUNEINAK

En la Mascarada de febrero de 1967 en Barcus, Jean Copen Mauletarra (xirula) y Pierre Ager Garat-Arhane (atabal) se encargaron de tocar la música de baile. Entre las piezas grabadas tenemos un baile llamado Muneinak. La grabación la realizó Juan Mari Beltran.

Aquel día, Mariano Estornés Lasa sacó algunas fotografías, entre ellas, esta imagen que muestra la cuestación: en la parte superior derecha se puede ver a Jean Copen (tocando la xirula) y Pierre Ager (tocando el atabal).

Barkoxeko Maskaradako diru-biltzea. (Arg.: Mariano Estornés Lasa, 1967. Auñamendi Eusko Entziklopedia)

Cuestación de la Mascarada de Barcus. (Fot.: Mariano Estornés Lasa, 1967. Auñamendi Eusko Entziklopedia)

PIEZAS DE MASCARADAS: BARRIKADA, ARRIBADA Y BARRIKADA HAUSTIA

Estas melodías pertenecen al repertorio de las mascaradas suletinas. Juan Mari Beltran las grabó en Alçay, el 3 de marzo de 1985. Los músicos son Jean Mixel Bedaxagar (xirula) y Pierre Ager Garat-Arhane (atabal).

Jean Mixel Bedaxagar eta Pierre Ager 1985eko Altzaiko Maskaradetan jotzen. (Arg.: JMBA)

Jean Mixel Bedaxagar y Pierre Ager tocando en la Mascarada de Alçay de 1985. (Fot.: JMBA)

MUXIKOA

Se trata de una de las piezas de baile populares más conocidas de Baztan. En el cancionero de Aita Donostia está recogida en la colección Mutildantzas (1943) con el número 9 y Juan Mari Beltran la grabó en el año 1984, en Arizkun. Los músicos son Maurizio Elizalde (txistu) y Felix Iriarte (atabal), vecinos de Arizkun.

Maurizio Elizalde eta Felix Iriarte grabazio saioan. (Arg.: JMBA)

Maurizio Elizalde y Felix Iriarte en la sesión de grabación. (Fot.: JMBA)

DANTZARI-DANTZA: BANANGO Y BINANGO

La dantzari-dantza es el ciclo de baile más conocido de Durangaldea, del que forman parte las piezas Banango (de uno en uno) y Binango (de dos en dos). Esta grabación la realizó el grupo de baile Andra Mari de Galdakao en Berriz, en 1981, con el txistulari Alejandro Aldekoa (Berriz, 1920-1996), en un ensayo llevado a cabo con los dantzaris del grupo. Alejandro Aldekoa fue, precisamente, uno de los principales impulsores de estos bailes durante el siglo XX.

En la versión original con los dantzaris, A. Aldekoa repitió 11 veces la melodía del Banango (3:20) y 7 veces la del Binango (2:13), tal y como exige el baile (5:40 en total). En el disco hay una versión más corta (3:50 en total), repitiendo el Banango 6 veces (1:53) y el Binango otras 6 (1:57).

Alejandro Aldekoa txistua eta danbolina jotzen (1993). (Arg.: Julen Uribe. Iturria: Alejandro Aldekoari omenaldia. GOR. G-513 LP)

Alejandro Aldekoa tocando el txistu y el tamboril (1993). (Fot.: Julen Uribe. Fuente: Alejandro Aldekoari omenaldia. GOR. G-513 LP)

LA VUELTA DE OLARIZU

La Banda Municipal de Txistularis de Vitoria-Gasteiz puede considerarse como modelo del clásico cuarteto de txistularis académicos. Este pasacalle compuesto por Mariano Gordobil se interpretó en la sesión de grabación que realizó Juan Mari Beltran en 1984 en Vitoria-Gasteiz para el proyecto Euskal Herriko Soinu-tresnak (Instrumentos musicales del País Vasco). Los músicos que participaron en la grabación fueron Felix Ascaso (Vitoria-Gasteiz 1906-1986) y la Banda Municipal de Txistularis de Vitoria-Gasteiz de aquella época.

Gasteizko txistulariak grabazio saioan. Ezkerretik eskuinera: Felix Divar Abeitua, Jose Ignacio Martinez de Luna, Felix Ascaso, Asier Amuriza Egia eta Ignacio Perez de Biñegra. (Arg: JMBA)

Los txistularis de Vitoria-Gasteiz en la sesión de grabación. De izquierda a derecha: Felix Divar Abeitua, Jose Ignacio Martinez de Luna, Felix Ascaso, Asier Amuriza Egia e Ignacio Perez de Biñegra. (Fot.: JMBA)

TXORIAK

El padre Hilario Olazaran de Estella (Estella, 1894-Pamplona, 1973), capuchino de Estella, compuso en 1929 la obra titulada Txoriak que recuerda el canto de los pájaros de Navarra y que consta de cuatro movimientos: 1. Urretxindorra (ruiseñor), 2. Zozoa (mirlo), 3. Txantxangorria (petirrojo), 4. Kukua (cuco).

Esta pieza se grabó en Oiartzun, el 28 de octubre de 2006, en el concierto que ofreció la Banda Municipal de Txistularis de Pamplona en el Concierto de Otoño de Música Popular.

Iruñeko Udal Txistu Banda: Fermín Garaikoetxea Aranburu, Mikel Aranburu Urtasun, Miguel Tollar Zarantón, Alejandro Martínez Olazarán eta Alejandro Martínez Arana, 2006/10/28an, Udazkeneko Herri Musika Kontzertuan. (Arg: Soinuenea)

La Banda Municipal de Txistularis de Pamplona: Fermín Garaikoetxea Aranburu, Mikel Aranburu Urtasun, Miguel Tollar Zarantón, Alejandro Martínez Olazarán y Alejandro Martínez Arana. 28/10/2006, Concierto de Otoño de Música Popular. (Fot.: Soinuenea)

BIRIGARROA

Se trata de una de las obras más conocidas del txistulari y compositor Isidro Ansorena (Hernani, 1892-Donostia, 1975). Según el autor, un día, intentando cazar un tordo, se quedó hechizado por su canto y escribió esta obra inspirándose en aquel sonido.

La Banda Municipal de Txistularis de Donostia es uno de los cuartetos clásicos más antiguos del País Vasco. Comenzó su andadura en el siglo XIX y desde entonces ha estado vinculada a las celebraciones, las fiestas y el protocolo municipal de la capital guipuzcoana. Hoy en día está formada por diez músicos: el cuarteto clásico (1er txistu, 2º txistu, silbote y atabal) por partida doble y dos trompetistas.

En el concierto ofrecido en Oiartzun el 27 de diciembre de 2014, participaron en formato de cuarteto clásico los siguientes músicos: Jose Ignazio Ansorena (1er txistu), Aitor Arozena (2º txistu), Jon Irazoki (silbote) y Agustin Laskurain (atabal). De las grabaciones se encargó Soinuenea.

Donostiako Udalaren Txistulari Taldea Oiartzunen, 2014/12/27an, Neguko Herri Musika Kontzertuan. (Arg: Soinuenea)

La Banda de Txistularis del Ayuntamiento de Donostia en Oiartzun, el 27 de diciembre de 2014, en el Concierto de Invierno de Música Popular. (Fot.: Soinuenea)

CONTRAPÁS (V)

El prolífico músico Santos Inchausti Larrauri (Mungia, 1868 - Bilbao, 1925) compuso numerosas obras nuevas para el repertorio de txistu, tanto para el conjunto clásico, como para solistas. Entre todas ellas, son especialmente conocidos los cinco contrapases; en este disco hemos recogido el quinto.

Este solo del txistulari Garikoitz Mendizabal lo grabamos en Oiartzun el 27 de noviembre de 2005, en la actuación que ofreció la Banda Municipal de Txistularis de Bilbao dentro de las IV Jornadas de Música Popular.

Garikoitz Mendizabalek eskainitako bakarkako saioa. Oiartzun, 2005/11/27. (Arg: Soinuenea)

Solo de Garikoitz Mendizabal. Oiartzun, 27 de noviembre de 2005. (Fot.: Soinuenea)

EGUNTTO BATEZ NINDAGOELARIK Y KONTRAPASAK HIRU PUNTU

El músico suletino Mixel Etxekopar nos interpretó estas versiones actualizadas de canciones y bailes conocidos de su zona en un concierto que ofreció en Oiartzun el 14 de enero de 2012.

Mixel Etxekopar HM Neguko kontzertuan. Oiartzun, 2012/01/14. (Arg: Soinuenea)

Mixel Etxekopar en el Concierto de Invierno de Música Popular. Oiartzun, 14 de enero de 2012. (Fot.: Soinuenea)

ITSASMIN

Esta es una obra creada en 2015 por Jabier Ituarte Aulestia por encargo de la asociación Silboberri Txistu Elkartea para el XXI Concierto de Txistu de Durango. Está escrita para cuarteto de txistu (dos txistus, silbote y bajo). La obra tiene dos partes: la primera con un ritmo ligero bailable y la segunda tranquila y nostálgica (inspirada en la canción Itsasoa laino dago). Al final de la obra se mezclan los dos temas.

Esta grabación del grupo Ensemble Silboberri se llevó a cabo el 3 de septiembre de 2021 en el Centro Zelaieta de Amorebieta-Etxano con ayuda del técnico de sonido Aritz Labrador.

Ensemble Silboberri: Aritz Labrador (1. txistua), Aitor Amilibia (2. txistua), Maite Sagastibeltza (silbotea), Oskar Ovejero (txistu baxua). (Arg: Silboberri)

Ensemble Silboberri: Aritz Labrador (1er txistu), Aitor Amilibia (2º txistu), Maite Sagastibeltza (silbote), Oskar Ovejero (txistu bajo). (Fot.: Silboberri)

Ficha completa